Importancia de las mypes en el proceso reactivador
Por: Dra. Brenda Silupú Garcés
Las mypes merecen todo el reconocimiento por ser los pequeños empresarios que con su esfuerzo y dedicación contribuyen al desarrollo social.
Al 31 de diciembre del 2021 existen 2 millones 981,098 empresas activas de acuerdo con el informe Demografía Empresarial del INEI, lo que representa un incremento del 7.3% con respecto a las empresas registradas el año anterior. Las regiones que presentan mayor participación empresarial después de Lima, que tiene el 44.21% del total de empresas, son Arequipa (5.69%), La Libertad (5.53%), Piura (4.37%) y Cusco (3.91%).
Además, el 2020, el Ministerio de la Producción informó que el 99.5% del total de empresas registradas son micro y pequeñas empresas, que se caracterizan por ser poco productivas; y, sin embargo, contribuyen a la generación de empleo.
Sin embargo, la Encuesta Nacional de Hogares del 2020 del INEI ha encontrado evidencia de que muchos emprendimientos y negocios liderados por los miembros del hogar no se encuentran registrados. Esta tasa de informalidad empresarial alcanza al 73% a escala nacional de los negocios encuestados.
Las actividades que desarrollan las mypes, por lo general, son informales y responden a un estilo de vida que ha sido aceptado por la sociedad, tales como el comercio callejero, el transporte informal, la venta ambulatoria de comida, el autoempleo, etcétera.
A pesar de ello, estas empresas reactivan la economía porque contribuyen con el empleo (informal o subempleo) y con el nivel de producción. Gracias a estas pequeñas unidades de negocio las familias pueden adquirir productos de primera necesidad que se adecúan a sus requerimientos en cantidades y montos; están de acuerdo con los bolsillos de los clientes. Además, permiten que los microempresarios salgan de la pobreza, pues tienen un ingreso que les ayuda a cubrir los gastos de la familia.
A pesar de todo ello, las mypes son negocios que necesitan apoyo para ordenarse y tener un mayor control de sus ingresos y gastos, de modo que el pequeño empresario pueda tomar las mejores decisiones. Todos reconocemos el papel reactivador de las mypes en nuestra economía; sin embargo, aún falta que más instituciones públicas y privadas dirijan sus esfuerzos en conciliar los objetivos que tiene el Gobierno con el desarrollo de estos negocios. Si las mypes pueden ser más productivas, van a generar más empleo y contribuirán con el pago de sus impuestos; por ello, debemos procurar contribuir en la mejora de su productividad.
Las estadísticas muestran que las mypes tienen mayor capacidad de adaptación, innovación y resiliencia a pesar de todos los obstáculos y crisis que deben enfrentar. Esto demuestra que son agentes de cambio, dispuestos a sacar fuerzas para salir adelante.
Las mypes merecen todo el reconocimiento por ser los pequeños empresarios que con su esfuerzo y dedicación contribuyen al desarrollo social.