Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

En cada siglo, nuestra Arequipa ha tenido un lema que le ha servido de inspiración y de orgullo, por ejemplo: en el siglo XVII fue considerada la Ciudad Blanca; en el siglo XVIII, rescatando palabras cervantianas, se decía “En Arequipa, eterna primavera”, frase inmortalizada por Cervantes en su primera obra “La Galatea” (1585), extraído de la revista El Búho internet de Arequipa; en el siglo XIX fue el León del Sur; y en el siglo XX se constituyó como la Segunda Ciudad del Perú.

Al estar en el siglo XXI, otra expresión debe ser reflejo, síntesis y visión de la Arequipa de la era de la globalización rumbo a los 500 años de Fundación, la misma debe motivarnos a asumir el compromiso de erigirnos en una Ciudad de Primer Mundo, pues, tenemos las condiciones históricas, sociológicas, geográficas, sicológicas y materiales, para hacer realidad dicho anhelo.

La ubicación de Arequipa, le permite accionar sobre costa y sierra con facilidad (Ramón Gutiérrez: Evolución Histórica Urbana de Arequipa 1540-1990); culinariamente, destaca con una oferta gastronómica variada y en plena expansión, además aquí nació las ferias con Festisabores en el año 2006, después vino Mixtura (Alan Fairlie y otros: Cadenas Productivas y clústers en el sector gastronómico peruano). Arequipa ha logrado reducir la desigualdad económica en tanto sus autoridades regionales han apoyado los procesos de inversión privada asociados al desarrollo minero y a la agricultura de exportación (Roxana Barrantes y otros: Las posibilidades del desarrollo inclusivo. Dos historias regionales); y tenemos 10,000 años de antigüedad prehistórica (Manuel Huanqui Hurtado: Hablan mil momias después de mil años), es decir, contamos con memoria.

A ello se agrega su potencial diversidad económica, de desarrollar: agricultura, minería, industria, servicios, sede de eventos internacionales; como epicentro comercial del gran sur nacional; ser el eje facilitador del movimiento económico del centro sudamericano (sur de Perú, occidente de Bolivia, oeste de Brasil, norte de Argentina, Uruguay, Paraguay y norte de Chile), y establecerse cual nexo del mercado mundial, entre Sudamérica y Asia emergentes, por la Cuenca del Pacífico, con su Puerto de Matarani y el futuro Megapuerto de Corío.

Hay aspectos dignos de evocar, el año 2005, en quince regiones del país se realizó el Referéndum Regional, para la creación de macrorregiones. Arequipa, consecuente, republicana, demócrata y descentralista, votó por la conformación de la macrorregión Sur Andina (Arequipa, Puno y Tacna); los demás, rechazaron la constitución de regiones. Como siempre nos diferenciamos.

Finalmente, gozamos del Título Universal de alcance planetario, conferido por la UNESCO; todo ello confluye en una categórica declaración de nuestro Premio Nobel de Literatura 2010 Mario Vargas Llosa que compartimos: “Estoy orgulloso de ser arequipeño y pertenecer a este pueblo tan cariñoso” (Arequipa Patrimonio Cultural de la Humanidad).

Tales son las condiciones para hacer de Arequipa una Ciudad y región de Primer Mundo, con estándares mundiales en educación, salud, seguridad ciudadana, pleno empleo y sin excluidos.