Brecha digital, un freno para la educación en el país
Por: Guillermo Sánchez
Han pasado más de dos años desde que las empresas pisaron el acelerador de la transformación digital en respuesta a la crisis mundial por la covid-19. En este tiempo, la reactivación económica se ha convertido en nuestra prioridad como país, pero creo que mirarnos los bolsillos nos ha distraído de otros asuntos igual de importantes como la educación, uno de los sectores más afectados por la pandemia debido a la brecha digital.
Hagamos un comparativo. Según la Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (FIPES), al menos 450,000 jóvenes interrumpieron su formación universitaria o técnica debido a limitaciones económicas. Muchos de ellos, no obstante, están regresando a las aulas progresivamente. Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) advirtió que, en el sector público, más de 370,000 niñas, niños y jóvenes de las poblaciones más vulnerables tuvieron que abandonar sus estudios por razones básicas, como la falta de recursos digitales y acceso a internet.
La situación de este último grupo poblacional, en el 2021, seguía siendo preocupante. De hecho, INEI reportó que de cada 10 hogares en Lima Metropolitana, 6 contaban con acceso internet y solo 5 tenían una computadora. Mientras que en el ámbito rural apenas 1 de cada 10 tenía conexión a internet y, de esos “afortunados”, no todos poseían una computadora para estudiar. A esto debemos añadirle que el 60% de las instituciones educativas aún carece de equipamiento tecnológico adecuado, según el Ministerio de Educación.
Desde mi punto de vista, la pandemia ha expuesto, de manera cruda y real, la brecha educativa y digital que existe en el Perú y que frena el avance de la educación. Creo que conocer el problema y comprender la realidad que viven miles de estudiantes debe desafiarnos y ponernos metas claras para llevar educación de calidad a todos los niños, niñas y jóvenes, sin importar si estudian en instituciones públicas o privadas o que tan alejados viven de las grandes urbes. Todos ellos merecen las mismas oportunidades de desarrollo.
Entonces, lo primero que debemos hacer para cerrar la brecha digital, tal como explica un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, es invertir al menos 3,827 millones de dólares, de los cuales el 45.8% debe destinarse a zonas rurales. De lograrlo, además, se generarían más de 900,000 empleos directos para el país. No obstante, considero que esa inversión debe cubrir varios frentes, pues la brecha digital no solo implica ampliar la fibra óptica y democratizar el acceso a internet, sino también aspectos como la alfabetización digital, adquisición de dispositivos tecnológicos, implementación de plataformas virtuales, capacitación docente y otros aspectos que impulsen una verdadera transformación digital educativa.
Por último, hago un llamado al Estado, empresas privadas, instituciones educativas de todos los niveles, educadores, organizaciones internacionales y población en general para unir esfuerzos y cerrar la brecha educativa y digital en el Perú. La reactivación económica es importante, claro que sí, pero debe ir de la mano con la educación, pues son nuestros niños y jóvenes quienes gobernarán, liderarán las empresas y trabajarán por el país en el mediano plazo. El presente y futuro del país está en nuestras manos.