Son 13 funcionarios involucrados en mal uso de dinero en cementerio Culebrillas
Por: Roxana Ortiz A.

Además del ex gobernador Elmer Cáceres Llica, el ex Gerente general del Gobierno Regional de Arequipa, Gregorio Palma Figueroa; detrás de la construcción del Cementerio de Culebrillas, ubicado en el distrito de Uchumayo, hay otros funcionarios involucrados identificados por la Contraloría General.

Se trata de Guillermo Valcárcel Valdivia, ex gerente regional de Infraestructura; Fernando Aragón Talavera, ex subgerente de Ejecución de Proyectos de Inversión; Medalith Castillo González, ex coordinadora técnica de la Sub gerencia de ejecución de Proyectos de Inversión; igualmente está Rosendo Huamán Mescco, ex gerente regional de Supervisión y Liquidación de Proyectos.

Edson Mestas Ruedas, ex residente de obra; Isaac Yanqui Morales, ex supervisor de obra; María del Pilar López Banda, ex gerente regional de Supervisión y Liquidación de Proyectos; Wilfredo Anco Orellana, ex subgerente de Formulación de Proyectos de Inversión; Edwin Cruz Cruz, ex evaluador de Proyectos de Inversión; Ronald Holguín Holguín, ex coordinador de formulación de Proyectos de Inversión; Franklin Valdivia Chávez, ex jefe de la Oficina de Programación de Inversiones; Alexander Arenas Puma, ex jefe de la Oficina de Presupuesto y Tributación; también están involucrados en el proceso y se halló responsabilidad.

La Contraloría identificó un perjuicio económico por 962 mil 865 al Gobierno Regional de Arequipa (GRA), por la construcción del cementerio COVID-19 Culebrillas; aunque la paralización a tiempo de la obra por parte del Ministerio Público, evitó que se malgastara más de 13 millones de soles que se había presupuestado para dicho cementerio.

Se inició la ejecución sin cumplir la etapa de formulación y evaluación del proyecto, además de no cumplir el criterio de cierre de brechas establecido por las normas del Invierte.pe. La obra puso en riesgo el Patrimonio Cultural de la Nación al sitio arqueológico Quebrada Culebrillas, declarada como tal el 19 de enero de 2006, entre otra serie de informaciones.

La idea de construir el cementerio fue tener un lugar donde poder enterrar los cuerpos de las víctimas de la COVID, que en algún momento llegaron a fallecer más de 40 por día y los cementerios de los distritos ya no tenían más capacidad. Allí se llegó a enterrar a 20 cuerpos, los que deben ser trasladados hacia un lugar apropiado para su descanso.

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