El montañista Carlos Zárate falleció muy cerca de cumplir los 99 años
Por: Roxana Ortiz A.

El próximo 23 de octubre iba a cumplir 99 años de edad. Probablemente sea la persona que más veces haya ascendido al volcán Misti, 515 en total. Carlos Zárate Sandoval falleció el domingo y hoy será despedido con afecto por quienes lo conocieron.

ENTIERRO ESHOY EN CHIGUATA A LAS 15:00 HORAS

Nació en el pueblo de San Mateo, en Huanchuy, en el departamento de Lima, donde su afición desde muy joven fue la caza, por lo que su hijo Carlos Zárate, cree que la afición por el montañismo nació allí.

Era mil oficios. Donde podía trabajar, lo hacía. Adoptó por un tiempo el oficio de reportero gráfico, llevando su trabajo por diarios como El Pueblo, Arequipa al Día y Correo. Sus colegas de la época lo apodaron “seisito”, debido a un detergente que por esos momentos lo promocionaban como “Chiquito, pero rendidor”.

Parte de la chapa era por su baja estatura, 1.52 metros y eso no le impidió ser todo un galán, como él mismo decía “cumplidor”. Dejó más de una docena de hijos y por lo tanto múltiples nietos y bisnietos.

Junto a su esposa Victoria Flores llegó para conocer la ciudad de Arequipa; pero los delincuentes les robaron sus pertenencias, lo que de alguna manera lo obligó a quedarse en la ciudad, hasta conseguir el dinero para regresar a su tierra, por lo que trabajó de lo que sea, hasta que finalmente optó por lo de “mil oficios”, antes que regresar a la mina en La Oroya.

Fue en 1955 la primera vez que se atrevió a ascender al Misti junto a un grupo de expedicionarios. “Si otros lo hicieron, por qué yo no”, dijo y como todo lo que se presentaba como un reto, lo hacía. Así que sin más equipos que casacas de abrigo, palos y zapatos de caña alta para que no les ingrese las cenizas, decidieron coronar el volcán tutelar de Arequipa

La experiencia que vivió fue única, especialmente dijo que porque por primera vez estaba por encima de todos, a 5 mil 825 metros, se jactaba alegremente. Ese orgullo de haber llegado hasta la cima hizo que repitiera la aventura una y otra vez, hasta que también lo convirtió en una forma de vida, de generar ingresos económicos para mantener a la numerosa familia, por lo que guiaba a turistas que estaban interesados también en el ascenso.

Pero el Misti no fue la única montaña en coronar, así que se fue al nevado Huascarán, muchas veces lo hizo con el Pichu Picchu, otras más al Ampato, el Coropuna, el Hualca Hualca y varias veces al Chachani. Fueron los turistas norteamericanos, canadienses, polacos y austriacos, sus principales clientes.

Cuando intentó por primera vez subir al Chachani, prometió que si lo lograba, iba a colocar los nombres de los volcanes tutelares de Arequipa a sus tres primeros hijos y lo cumplió. Lo hizo con Blanca Chachani, Carlos Misti y Miguel Coronado. Según contó su hijo Carlos, quien siguió su afición y ahora es guía oficial de montaña; todos los hijos alguna vez ascendieron al Misti.

DATO

También dijo que los dos años de pandemia dejaron estragos en la salud de su padre, ya que si bien no se contagió con la COVID, la inmovilización obligada le fue quitando su energía, hasta que una caída le jugó una mala pasada. Hoy sus restos serán velados en el Museo Histórico de Arequipa, de la plaza San Francisco, para luego ser enterrado en el cementerio de Chiguata al pie del volcán.

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