Por: Carlos Meneses

“Los ministros deben ocuparse de sus sectores y no actuar solamente o en la mayor parte de su tiempo como asesores en temas políticos que nada tienen que ver con los asuntos sectoriales”.

La opinión pública se pregunta qué labor están realizando efectivamente y en los despachos que les han sido confiados sectorialmente los ministros de Estado. Por lo menos la mitad de los 19 ahora existentes se han dedicado a la tarea de asesorar políticamente al presidente y convertido en asesores personales y defensores de la hasta ahora incómoda situación del jefe de Estado.

Entretanto en muchos sectores de la vida nacional se advierten deficiencias atribuibles casi exclusivamente a la falta de liderazgo en asuntos tales como la Economía, Agricultura, Cultura, Justicia, Interior, Defensa, Salud y Educación.

En general, en todos los ministerios hay deficiencias y con relación a los mismos quejas de los usuarios por mal servicio o desatención visible, esto en lo que se refiere al quehacer público en Lima, pero no es menos cierto que los males citados tienen dimensión nacional que permite suponer que los daños que ahora se hacen se incrementarán en el 2023 y probablemente después si es que no se adoptan medidas correctivas y se torna eficiente lo que son ahora evidentes fallas del comportamiento ministerial.

Es curioso comprobar que los ministros que equivocan así su quehacer son justamente los que aparecen como voceros del presidente, cuando dialogan con la prensa en representación del gobierno y cometen imprudencias como la que ha sido visible a propósito de conferencias de prensa realizadas para la prensa extranjera haciendo exclusión del periodismo nacional, encerrando a reporteros que solo querían informar a la ciudadanía sobre lo que pasaba en el más alto nivel como consecuencia de la denuncia de la Fiscal de la Nación contra el primer mandatario de la República.

Los ministros no tienen por qué estar todo el día a lado del presidente o ser llamados por él para que se ocupen de sus problemas.