La oportunidad de ser productivos y no ser una carga para la sociedad
Por: Roxana Ortiz A.
“Yo no me daba cuenta que era diferente a los demás, me decían que yo era especial y creía que me lo decían porque así me hizo sentir mi mamá. En la secundaria me enfrenté con la realidad, me hicieron dar cuenta que caminaba diferente, que no hablaba igual y me deprimí, pero estoy convencida que por algo Diosito así lo decidió”, cuenta Sheyla Huayta Yupa.
PARA QUIENES TIENEN HABILIDADES ESPECIALES
Ella es una joven de 28 años, aunque parece una quinceañera, quien se encuentra realizando una pasantía en la Corte Superior de Justicia, en el Primer Juzgado de Familia, experiencia que dice le sirve para experimentar y ampliar sus conocimientos.
Vivió en carne propia la indiferencia de la gente ante las personas con habilidades diferentes y aun así no pierde la esperanza de un futuro mejor. Tiene parálisis cerebral debido a una negligencia médica, ya que cuando nació a los seis meses de gestación, no le aplicaron oxígeno porque la vieron que respiraba por sí sola. A los tres días dejó de respirar por algunos minutos y ese hecho le mató algunas neuronas.
Su madre Luz Marina no se rindió y la sometió a una serie de terapias. “No soy nada de lo que era antes. No podía caminar, di mis primeros pasos a los 3 años, hablaba poco”, cuenta Sheyla. En la primaria, como le recomendaron, fue matriculada en una institución pública, solo perdió su tiempo. La docente le dijo a la mamá que no podía podía estar a su ritmo, teniendo a otros niños que no se podían retrasar.
Una tía le recomendó a una docente llamada Violeta de una escuela llamada Mariano Trinidad en La Cantuta y aunque tenían que tomar 3 carros para llegar allí, no cesaron. En el recreo la docente la ayudaba a ponerse al día. La guió hasta tercer grado, pero Sheyla dice que entonces ya estaba preparada. El ingresar a la secundaria fue brutal para ella, le hicieron dar cuenta de su realidad y aunque nadie la insultó, la dejaban de lado para toda actividad. No tuvo una sola amiga.
Pensó que la formación técnica sería igual, pero no ocurrió así y en el Instituto María Montessori, la acogieron bien, quizá porque en la carrera que eligió se estudiaba mucho la enfermedad. Es una experta en Rehabilitación Física y brinda servicios a quienes lo requieran para terminar con el estrés, dolores de espalda, musculares y otros, llamándola al 969074744.
Anjued Cárdenas Jove, también tiene la oportunidad de hacer prácticas en el Poder Judicial, en la Primera Sala Laboral; tiene 18 años y es muy jovial. Señala que aprendió hasta coser, ya que una de las actividades que debe realizar es coser los expedientes. “Llego y subo por el ascensor, porque por las gradas me demoro mucho”, cuenta entre risas. Lo cierto es que cuando va por las gradas se distrae mucho conversando con los otros trabajadores.
Tiene discapacidad cognitiva y ha aprendido a movilizarse solo. Se encarga de foliar los expedientes colocando los números y letras en cada hoja; lleva los periódicos a las diversas oficinas, saca las fotocopias que le indican. Asegura estar feliz con el trabajo y en poco tiempo ha logrado muchos amigos.
Junior Huamaní Ramos, tiene 23 años y es sordo mudo, es bastante tímido. El está haciendo su pasantía en el Sétimo Juzgado. Sus compañeros de trabajo aceptan que es muy difícil comunicarse con él, porque además no conoce el lenguaje de señas; pero le hablan muy lento y puede leer los labios. Cuando las frases son largas, las escriben en un papel y él logra leerlas.
La manera que han encontrado para comunicarse, es haciéndole conocer a la persona encargada. Si por ejemplo, le nombran a Margarita, ya sabe qué documentos llevar y a qué oficina. La paciencia de sus compañeros es vital en estos casos. Ya conoce cómo sacar fotocopias, llevar los documentos al courier, sacar las grapas de las hojas, entre otros.
Guillermo López Charcahuana, hace sus prácticas en la Unidad de Servicios Judiciales, es invidente y pese a ello ha logrado estudiar Literatura y Lingüística en la UNSA, donde por motivos que no le supieron explicar, no pudo concluir con llevar tres cursos que le faltaban para graduarse, cursos que dejó debido a que comenzó a trabajar para sobrevivir, ya que también estudió Rehabilitación Física y hace servicios a domicilio llamándolo al 929460126.
Sabe de computación, así es que también apoya en dar informes a los usuarios, dar a conocer cómo se encuentra su expediente, realiza las notificaciones judiciales, entre las diversas tareas que a diario les asignan.
Trabaja con ellos también José Pacheco Gonzales, quien labora el Cuatro Juzgado Penal y que ve casos de Violencia contra las Mujeres y el Grupo Familiar. Su pasantía termina a fin de mes y para estas personas ha sido una oportunidad única y les ha permitido demostrar que también pueden salir adelante si es que reciben el apoyo de las demás personas y especialmente de instituciones y empresas, porque así como la mayor parte de personas, ellos también quieren ser independientes y valerse por sí mismos.