Miles de ganaderos tienen que arrojar leche porque se quedaron sin recojo
Por: Roxana Ortiz A.
Son unos 6 mil los ganaderos que se vieron perjudicados por la destrucción de la fábrica de leche Gloria ubicada en el sector de Alto Siguas, debido a que no tenían a dónde llevar el producto para su procesamiento, porque además todas las vías se encontraban cerradas, según lo anunció el dirigente ganadero, Gianni Simoni.
Informó que solo en el sector de El Pedregal, se pierden a diario por esta protesta, alrededor de un millón 200 mil soles diarios y a nivel de toda la región la cantidad se incrementa a unos 4 a 5 millones de soles, perjudicando a miles de familias que viven de la venta del producto y que se suma a la aguda crisis económica que ya vienen atravesando.
Para que no se repita en los siguientes días el mismo problema, los dirigentes están solicitando a las autoridades que se puedan disponer corredores humanitarios, de tal manera que se pueda seguir trasladando los productos alimenticios para que lleguen a los mercados.
“En lugar de tirar la leche, podríamos estar llevándola para que se alimenten las familias y especialmente los niños en la ciudad, pero no hay manera de cómo hacer el traslado. Lo mismo está pasando con gran cantidad de alimentos perecibles que están retenidos en diversas carreteras malográndose mientras se mantiene el bloqueo de las vías”, indicó.
Señaló que se habían escuchado rumores que se seguirían destruyendo otras plantas como Laive, empresas como Damper (que así ocurrió minutos después de sus declaraciones) y continuarían con otras empresas más, agudizando la crisis de los ganaderos y agricultores.
Están esperando que las autoridades se pronuncien al respecto para que cuanto antes puedan poner una solución al problema, si es que no se logran solucionar las protestas, lo cierto es que no pueden continuar de la misma manera por más tiempo.
Finalmente hizo un llamado a la población a no dejarse llevar por las emociones del momento, por las masas, para cometer delitos, que no solo perjudican a los empresarios, sino a miles de personas que dependen de las mismas, respetando el derecho que tienen a manifestarse pero sin causar daño a los demás.