Diálogo de sordos
Por: Carlos Meneses
“Ojalá que los que no quieren hablar se animen hacerlo y a aportar lo que el Perú está pidiendo a gritos, conversar con altura, calidad y, sobre todo, decencia.”
Todo indica que la bancada de Perú Libre no tiene la menor intención de participar en diálogos sobre el futuro del Perú y sus problemas políticos con el gobierno de Boluarte.
En tales condiciones, es probable que los esfuerzos que pudieran realizarse con miras a un adelanto de elecciones y a reformas constitucionales necesarias que lo permitan tendrán un éxito relativo o serán un fracaso.
No puede ser posible que quienes desde la esquina izquierda hayan insistido en la conveniencia de conversar sobre asuntos políticos nacionales obtén ahora por renunciar a la única forma de dialogar que se conoce entre humanos. Al contrario, se debería hacer un gran esfuerzo para conversar y dejar de lado lo que ha provocado la más grave de las dificultades políticas de los últimos años.
Si alguien tiene duda sobre esta afirmación bastaría con recordar lo ocurrido con el parlamentario zurdo, Pasión Dávila que agredió por la espalda al legislador Juan Burgos.
Debe recordarse también que quienes ahora muestran el afán citado habían antes invitado a conversar de reformas constitucionales. Es decir, hacer propuestas y en el lugar donde se realizan los acuerdos terminan convirtiéndolo en un ring de box.
Se lamenta la ausencia de los grandes juristas que hicieron constituciones y leyes. Esta es una hora en que el diálogo se debe reconocer como absolutamente necesario y, por añadidura, que será indispensable para encontrar aciertos en lo que todos dicen que es necesario.