Pesimismo en las expectativas empresariales
Por: Martín Taype – El Montonero
Habiendo culminado el año, el pesimismo en las expectativas empresariales en nuestro país es preocupante. Es una situación que debe revertirse por el bien de nuestra sociedad. Veamos las últimas expectativas empresariales en nuestro país en el mes de noviembre del 2022, según la última Encuesta Mensual de Expectativas Macroeconómicas del Banco Central de Reserva del Perú.
Casi todos los indicadores de expectativas en el mes de noviembre del 2022 con respecto a octubre del 2022, se mantienen en terreno pesimista (índice menor a 50). El índice de la economía a 3 meses pasó de 35.7 a 37.9 puntos, el índice sobre la economía a 12 meses pasó de 43.5 a 43.3 puntos, el índice del sector a 3 meses pasó de 43.9 a 43.8 puntos, el índice del sector a 12 meses pasó de 51.6 a 49.5 puntos, el índice de la situación de su empresa a 3 meses pasó de 48.4 a 46.4 puntos, el índice de la situación de su empresa a 12 meses pasó de 57.4 a 54.3 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 3 meses pasó de 48.0 a 49.3 puntos, el índice de la demanda de sus productos a 12 meses pasó de 58.8 a 56.3 puntos, el índice de contratación de personal a 3 meses pasó de 47.9 a 45.3 puntos, el índice de contratación de personal a 12 meses pasó de 53.3 a 48.2 puntos, el índice de inversión de su empresa a 3 meses pasó de 44.3 a 46.5 puntos, y el índice de inversión de su empresa a 12 meses pasó de 53.6 a 51.9 puntos.
Los resultados de la citada encuesta no sorprenden; podíamos esperar ante la incierta evolución de la pandemia del Covid-19 que continúa golpeando al mundo y a nuestro país con nuevas variantes; y también ante el contexto interno, para muchos insostenible, como la inestabilidad política, las denuncias de corrupción difundidas por los medios de prensa, la inseguridad ciudadana y las trabas burocráticas. Asimismo, influyen el contexto económico y geopolítico externo, con recesión e inflación en EE. UU y la Unión Europea, y el riesgo de conflicto global real entre EE. UU. y la OTAN, frente a Rusia, China, Irán, Corea del Norte y sus aliados.
Estos factores evidentemente explicarían el pesimismo continuo en las expectativas empresariales. Y que ya ha impactado en varios indicadores de nuestra economía el año que acaba de concluir, como la inflación (tuvimos la inflación más alta en los últimos 26 años con 8.56%), el volátil tipo de cambio, el comportamiento de los consumidores e inversionistas (cada vez más cautos en sus gastos y emprendimientos), lo cual parece se agudizará en este año 2023 que empieza.
En consecuencia, es necesario encontrar una solución consensuada, dentro del marco constitucional vigente a fin revertir el pesimismo continuo en las expectativas empresariales tomando acciones eficientes, eficaces y transparentes frente a los citados elementos del contexto interno, y ser proactivos al impacto que puedan tener en nuestro país el inestable contexto económico y geopolítico externo y la incierta evolución del Covid-19.