La Calle Nueva
Por: Willard Díaz
UNO
“La Calle Nueva” es un libro de cuentos que ha circulado muy poco en nuestra ciudad. Su autor, Jorge Rendón Vásquez, que es arequipeño, no figura en ningún grupo, generación o círculo de escritores conocido; sin embargo, forma parte de la tradición literaria local con pleno derecho y quizás con mayor que muchas obras del canon local. Publicado en 2004 por la desconocida Editorial EDIAL, en Lima, se distribuyó casi a la mano entre los pocos conocidos del autor durante alguna de sus vistas a la ciudad.
DOS
Jorge Rendón Vásquez (1931) cursó la educación primaria en los centros escolares Montevideo y Muñoz Nájar de Arequipa, y la educación secundaria en el Colegio Nacional de la Independencia Americana, de la misma ciudad, y en el Colegio Militar Leoncio Prado. Siguió dos años de Letras y el primero de Derecho en la Universidad de San Agustín, y el segundo y tercero de Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Entre 1956 y 1960 cursó la carrera de Abogacía en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Es Doctor en Derecho por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y Docteur en Droit por la Université de París (Sorbonne). Su vocación por la Literatura, dejada en suspenso en 1952, fue reasumida hace unos tres años. El presente es el primero de tres libros de cuentos concluidos. (De la solapa del libro “La Calle Nueva”)
TRES
Habría que añadir que Rendón Vásquez es Docteur en Sciences Sociales du Travail por la Université Paris I (Sorbona), ha sido profesor de Derecho en la San Marcos y decano de la Facultad. Tiene numerosos libros sobre Derecho del Trabajo, Derecho de la Seguridad Social y de Teoría General del Derecho que se reeditan periódicamente y son libros de consulta de profesores, jueces, abogados, dirigentes sindicales y estudiantes de Derecho en toda América Latina. Fue autor de la mayoría de las leyes progresistas sobre Trabajo que diera el gobierno de Juan Velasco Alvarado en los años 60.
En lo literario, además de “La Calle Nueva” ha publicado dos libros de cuentos, “El cuello de la serpiente y otros relatos” (2005) y “La celebración y otros relatos (2006)”; las novelas “El botín de la Buena Muerte” (2010), “El oro de Atahualpa” (2012); y una crónica sobre “Esos días de junio en Arequipa” (2014). Copiosa obra creativa que lamentablemente desconocemos. Actualmente (¿93 años?) es comentarista de la revista El Búho.
CUATRO
(Fragmento del Prólogo escrito por Oswaldo Reynoso para “La Calle Nueva”)
“Meses después de la rebelión armada del pueblo arequipeño del año cincuenta contra la dictadura de Odría, hubo una gran efervescencia cultural y artística de resistencia entre los jóvenes que habíamos combatido desde las azoteas, en las calles, y detrás de las barricadas. Así surgieron varios grupos culturales de izquierda, como Avanzada Sur y Futuro.
La Universidad de San Agustín, contagiada de esta atmósfera, convocó a sus estudiantes a un concurso literario. El primer premio de narrativa, otorgado a un cuento de malograda estructura que insistía en el ciroalegrismo, de moda por esos años, disgustó a la comunidad estudiantil. En cambio, el segundo premio gozó de unánime beneplácito. Se trataba del cuento “El gorrito blanco” de Jorge Rendón Vásquez, un joven que vivía en la calle Nueva, a la vuelta de mi casa de la Calle Pizarro. Nos conocíamos desde la niñez. Este cuento rompió con la tradición oficial del relato arequipeño de estériles y agotadores cuadros de costumbres y de crónicas pueblerinas sin ningún talento creativo. “El gorrito blanco” era un cuento que llevaba a la ficción literaria a los niños de las enormes casas de vecindad cercanas al Mercado San Camilo. Niños pobres que tenían que soportar, muchos de ellos, la violencia de sus padres ignorantes. Y el lenguaje era el de la calle, sin esa retórica falsa y de oropel tan del gusto de poetas chirles. Creo que este cuento fue uno de los primeros clarinazos que abrieron el camino de la literatura urbana en el Perú. Luego, aparecieron en Lima los relatos de Ribeyro, de Congrains y de otros.
Medio siglo después Washington Delgado me dijo un día que le había causado una agradable sorpresa un libro de cuentos de Jorge Rendón Vásquez y que le había sugerido que yo los revisara. Mi sorpresa fue mayor que la de Washington. Recuerdo que exclamé: ¡El gorrito blanco! La información de Whasington me llenó de alegría. Y, cuando tuve en mis manos el libro “La Calle Nueva”, comprendí que Jorge Rendón Vásquez es un escritor nato. ¿Cuándo y por qué comenzó a escribir nuevamente? No lo sé. Será él quien dé testimonios de su despertar. Sus relatos son el florecimiento de ese “Gorrito blanco”. Sus personajes son de la calle que, de pronto, se ven metidos en laberintos que encontramos en el transcurso de la vida. El lenguaje logra una gran madurez en la sobriedad y en el empleo exacto de las palabras al servicio de una realización artística”.
CINCO
(Del inicio del cuento “La inexorable pasión del entrenador)
“Luego de alquilar la tienda desocupada en la casa de los García, el nuevo inquilino abrió a medias su puerta y se pudo ver desde la calle un sencillo mostrador de madera, una anaquelería revestida por atrás con una arpillera recubierta de yeso, una máquina de coser bastante usada y una pequeña mesa con herramientas diversas.
Así apareció en la tercera cuadra de la Calle Nueva Basilio Montero, un aparador muy competente y puntual entregando las capelladas que le encargaban.
Basilio bordeaba los treinta y dos años. Era de cuerpo enjuto. Su cabeza en punta, poblada por un cabello negro peinado hacia atrás, mostraba una frente con grandes entradas, una nariz larga, los ojos pequeños, la mirada desconfiada y la barba rala. Solía vestir unas casacas de color azul marino y marrón oscuro y unos pantalones muy sueltos.
En el dormitorio, ubicado detrás de la anaquelería, tenía una cama de dos plazas, una cómoda, un armario, una mesa y varias sillas, y, sobre un cajón, una cocina a querosén.
A poco de ocupar su nueva vivienda-taller, varias mujeres comenzaron a visitarlo. Le caían a partir de las cuatro o cinco de la tarde. Las hacía pasar al dormitorio y se quedaban largas horas y, a veces, a pasar la noche”.
SEIS
“La Calle Nueva” es nuestro “Dublineses”, nuestro “Cuentos romanos”, “Winesburg, Ohio” o nuestra “Trilogía de Nueva York”. Historias sobre lugares recordados, inventados, queridos o despreciados, en todo caso producidos por la voluntad de sus narradores y entregados a la voluntad de sus lectores. La Calle Nueva que presenta el conjunto de dieciséis cuentos de Rendón Vásquez no es, por cierto, la Calle Nueva realmente existente o la que existió “entre 1938 y 1952”, según el autor. Es una calle inventada por el fervor de sus narradores, todos omniscientes, todos nostálgicos, todos cálidamente afirmativos. Son historias de tribulaciones económicas, conflictos morales, obstáculos y desafíos que los protagonistas resuelven felizmente, tarde o temprano. De una Arequipa imaginada, mestiza y pobre, de un barrio céntrico de inmediaciones de un mercado, vista desde una época anterior a la moderna.
Sin duda son cuentos bien escritos, dentro del molde del cuento clásico, con personajes destacados en algo, con cierto exotismo interno, con soluciones de la intriga, y algo moralizantes. Aunque se publican en 2004, parecen escritos al empezar la segunda mitad del siglo XX, al estilo de la época y con una idea de literatura anterior pero próxima a la retórica moderna. Completan por eso el mapa de nuestra literatura regional y son riquísimo material para el estudio de nuestras formas simbólicas e imaginarias arequipeñas tradicionales.