Las voces de las regiones
Por: Carlos Meneses
“Esta es la oportunidad, única en la historia del Perú como país independiente de sentarse en una mesa y conversar sobre nuestros problemas.”
Cada vez es mayor el convencimiento de mayorías ciudadanas que no tienen orientación definida sobre cómo confrontar los problemas del país, si no es tratando de componer un rompecabezas que enfrenta la posición del gobierno y del Congreso con la del resto de la República.
También es definitivo que cualquier forma que esboce el grupo parlamentario encargado de preparar las reformas constitucionales necesarias para el adelanto de elecciones no ata ni desata.
Es que, en el fondo, los intereses aprisionan a las partes y las quieren conducir hacia objetivos determinados que incluyen la decisión de muchos de conservar privilegios y no hacer reformas que el país reclama.
La voz de las regiones debe ser escuchada, pero ocurre que varios, incluso, gobernadores regionales no quieren dialogar y a los que no podemos poner pistola al pecho para que lo hagan, a pesar de que la razón lo impone y la necesidad también.
Mucho de lo que estamos sufriendo es consecuencia de la sinrazón y de la negativa a conversar, si no es en condiciones de ventaja para quienes asumen una posición que es totalmente negativa a lo de sus presuntos dialogantes.
Si a lo anterior se suma que hay antecedentes de desencuentros provocados por el régimen que fue de Pedro Castillo y el que ahora conduce Dina Boluarte, se verá que grave es la responsabilidad, incluso generacional, que se confronta en un país que tiene 200 años de libertades y que no quiere detenerse a conversar sobre cómo mejorar una situación que es injusta para muchos.