“No es indispensable recurrir a las armas para defender el estado derecho”. Mario Polar. 4 de febrero 1958.
Por: Pedro Rodríguez Chirinos – Asociación Rerum novarum.
Era el año de 1958 cuando en el Perú la situación económica, política y social daba pie a una lucha campesina en el departamento de Cuzco en los años de 1958 a 1963. En ese entonces se hacia la invocación en el congreso a defender el Estado de Derecho. En ello jugó un papel importante un arequipeño, Mario Polar. Decía que es el deber común defender y hay que unirnos, pero no creemos que para defender el Estado de Derecho sea indispensable el uso de las armas. Todo tiene proporción y consecuencias.
Hoy distinguimos que defender el Estado de Derecho y la Democracia, debe darse la unión. Pero el uso de las armas dada por la autoridad, hay que pensarlo bien. Se defiende con la verdad, el compromiso, la honradez y parece que esas armas no están presentes. Por ello, estamos actualmente ante una autoridad que ha perdido la legitimidad, la autoridad política es necesaria para la convivencia social. No se puede prescindir de ella eso no se discute, se cuestiona la autoridad actual, desgastada, de desconfianza y de temer.
En el sistema democrático, la autoridad política es responsable ante el pueblo. Los organismos representativos deben estar sometidos a un efectivo control por parte de la comunidad, las instituciones, las sociedades intermedias. Este control es posible ante todo mediante elecciones libres, que permiten la elección y también la sustitución de los representantes. La obligación por parte de los electos de rendir cuentas de su proceder, garantizado por el respeto de los plazos electorales, es un elemento constitutivo de la representación democrática. Es así, la democracia es una opción que permite cambios de poder sin violencia y que no acaba en el día de las elecciones, es una actitud permanente y de constante vigilancia.
Tuvimos elecciones, pero ya se venía desde antes algunas deformaciones de nuestro sistema democrático, es decir, un Estado de Derecho debilitado, un grupo político corrupto y poderoso, entre otros males. Entre las deformaciones del sistema democrático, la corrupción política es una de las más graves porque traiciona al mismo tiempo los principios de la moral y las normas de la justicia social; compromete el correcto funcionamiento del Estado, influyendo negativamente en la relación entre gobernantes y gobernados; introduce una creciente desconfianza respecto a las instituciones públicas, causando un progresivo menosprecio de los ciudadanos por la política y sus representantes, con el consiguiente debilitamiento de las instituciones.
Esa deformación la tenemos. En nuestro caso las elecciones, hubo un sector poderoso y que actualmente tiene el poder, que nunca aceptó el resultado dado por millones de ciudadanos, los cuales no votaron por quién representaba el autoritarismo. Prefirieron la otra opción, la del lápiz, un salto casi al vacío, para caer finalmente en manos de una banda de poca monta.
Lo que más se recuerda de las pasadas elecciones es un congreso con pedido de vacancias en repetidas veces, siendo justas o no. El amparo de una campaña de demolición permanente que comenzó antes de la toma del poder de ese cuestionado personaje y la banda de partidarios de dudosa calidad moral que tuvo. Parece que todos esos meses de diálogo entre el ejecutivo y el legislativo, fueron de luchas fratricidas con una bajeza pocas veces vista. ¿Qué de bueno hicieron?, nos cuesta recordar algo bueno, pero lo anecdotario fue que la estabilidad económica se mantuvo con cierto nivel de eficiencia y de esperanza.
Las preguntas que nunca respondieron, esos políticos, fueron sobre la lucha contra la pobreza, el hambre y la enfermedad, la ignorancia, la injusticia y la impunidad. Nunca se unieron e hicieron unirnos contra esos enemigos comunes. ¿Y así quisieron quedarse hasta el 2026? Tal como lo dijo el presidente: “Dina Boluarte: Las elecciones establecieron mandato hasta el 28 de julio del 2026. La presidenta reiteró que se debe respetar lo que indica la Constitución, al ser consultada sobre la posibilidad de un adelanto de elecciones.” Gestión 08/12/2022. Esas palabras hoy nos cuestan más de medio centenar de vidas humanas, que bien debieron ser evitadas. Esas pérdidas que hoy resultan una herida profunda en la vida de este país.
Esas declaraciones fueron el detonante social. No hay confianza, credibilidad. Es la factura de años y años de la corrupción, esa descomposición que distorsiona de raíz el papel de las instituciones representativas, porque las usa como terreno de intercambio político entre peticiones clientelistas y prestaciones de los gobernantes. Las opciones políticas, las cuales favorecen los objetivos limitados de quienes poseen los medios para influenciarlas e impiden la realización del bien común de todos los ciudadanos.
Veamos en estas marchas y la violencia desatada que el gobierno pierde cada día su legitimidad que le quedaba. Siendo la autoridad política debe garantizar la vida ordenada y recta de la comunidad. Como vemos hoy es un caos el país, puesto que no hay autoridad moral del presidente y del congreso, no pueden decir que esto es correcto o que está mal. No pueden hablar de un actuar cívico y de responsabilidad. Lamentablemente todos están dentro de ese parlamento unos menos que otros, pero al final es un cuerpo. No son ejemplo, de ser modelos de actuar. En forma penosa, apreciamos las cuestionadas denuncias desde evasión de impuestos, violencia familiar, asesinatos, entre otros, menos podrán pedir a las personas y a los grupos, disciplina y dar orientación al pueblo para que vaya hacia la realización del bien común.
La autoridad debe reconocer, respetar y promover los valores humanos y morales esenciales. Estos son innatos. Vemos como se violan derechos humanos en el país, por ejemplo, la concentración de medios, tenemos el derecho a ser informados, a conocer la realidad para poder tomar decisiones. Es terrible que para saber que pasa en el país tengamos que recurrir a medios alternativos y del extranjero para saber lo que pasa en la vida nacional. La información se encuentra entre los principales instrumentos de participación democrática. Es impensable la participación sin el conocimiento de los problemas de la comunidad política, de los datos de hecho y de las varias propuestas de solución. Es necesario asegurar un pluralismo real en este delicado ámbito de la vida social, garantizando una multiplicidad de formas e instrumentos en el campo de la información y de la comunicación.
La autoridad debe emitir leyes justas, es decir, conformes a la dignidad de la persona humana y a los dictámenes de la recta razón. Cuando por el contrario una ley está en contraste con la razón, se le denomina ley inicua; en tal caso cesa de ser ley y se convierte más bien en un acto de violencia. La violencia puede ser muy sutil, casi puede pasar por desapercibida. Damos ejemplos, se permite que unas empresas distribuyan los combustibles en todo el país, eso se llama oligopolio. Una empresa de cerveza, eso se llama monopolio. Solo mencionamos dos ejemplos que en la economía los precios que imponen se llama costo social. Son un abuso, si hubiera una real competencia tendríamos precios menores y mejor calidad de servicios.
No solo hablamos de los males, para terminar sino también de la esperanza. Elecciones que sean rápidas, pero primero reformas, luego un cronograma que refleje las posibilidades de tener partidos legales y legítimos. Y que al final se trate de ser llevar representantes reales de nuestro porvenir. Elegir personas honradas y capaces, no al revés, de esos capaces y “honestos” hemos tenido muchos y pésimos.
Dios nos ayude.