El trabajo es de todos
Por: Carlos Meneses

“La justicia no es solo ocuparse de inversiones correctas sino, efectivamente, castigarlas cuando hay pruebas suficientes para hacerlo”.

En realidad, nadie está de acuerdo con la situación de paros y violencia que se registra en el país y entre quienes comparten una actitud de solidaridad con quienes no se muestran dispuestos a trabajar. Ahí están justamente las autoridades regionales y municipales, que asumieron cargos el 1ero de enero, pero ocurre que ante esta realidad es evidente la desatención de organismos regionales y comunales para quienes están sufriendo daños derivados del mal clima y de los aluviones.

Hay una lentitud desesperante en la atención inmediata que requieren las víctimas y solo es visible el envío de auxilio, desde Lima, liderado por el Poder Ejecutivo quien confía la distribución de alimentos y abrigo para los damnificados a quienes se muestran poco bien dispuestos a participar del esfuerzo requerido por realidades.

Todavía hay tiempo para rectificar lo que deja de hacerse o se hace a medias, mientras desesperan quienes han sido maltratados por la naturaleza y aun cuando puedan tener culpa en construir en lugares riesgosos no se les puede abandonar a su suerte.

La respuesta no puede ser: “vamos hacer estudios, para dentro de 2 meses ocuparnos de los arreglos de las calles”, como se acaba de decir en Arequipa, en relación al estado de los pavimentos distritales e incluso en zonas del centro de la ciudad.

Para colmo de males los estudios son mal hechos y las obras también. Hasta ahora que se sepa ningún alcalde o presidente regional ha sido denunciado por tales delitos que causan daño a la comunidad y que suponen egresos irregulares de los dineros del Estado.

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