El pago de favores políticos
Por: Carlos Meneses

“Por favores políticos no se puede incrementar el número de empleados públicos”.

Cada día se reportan más casos de comprobación de la costumbre que tienen los líderes políticos que llegan al poder para testimoniar gratitud a sus bases electorales ya sea premiándolos con puestos públicos en unos casos o con comisiones por la obra que hacen en sus correspondientes pueblos.

Se dirá, por supuesto, que la costumbre es tan antigua que ya no parece nueva cuando llega un régimen diferente a la administración que se retira. Es posible que tengan razón, pero no es menos cierto que no debiera ser así.

En Arequipa se han denunciado casos en el Municipio y también en el Gobierno Regional y de seguro se podrán encontrar, en menor número, en cada una de las municipalidades distritales, donde las caras de los nuevos empleados u obreros son igualitas a las de los cargadores de quienes ahora son autoridades.

Eso es parte de la corrupción que termina por exigir, cada día, cupos más altos en valores y en número de favorecidos. Los hay varones como también mujeres, lo único que revela lo nuevo que son en la tarea que cumplen es que no saben hacer nada de nada.

Lo cierto es que en gastos corrientes el Estado desembolsa más dinero que en obras reales y a todas luces resultan inferiores que el pago de salarios y la incompetencia de la atención que se recibe en las ventanillas de toda dependencia estatal.

Ojalá algún día se encuentre remedio al mal porque es parte de un gasto inútil. Como, también, inútiles resultaron los afanes que el alcalde Rivera ha tenido en el Concejo Provincial de modificar la estructura de haberes de tal manera que las cifras de 4 y hasta 5 números querían que fuesen comunes para los recién ingresados.

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