Acciones de la ANA ante el retroceso glaciar
Por: Luis Luján Cárdenas
Como es casi una constante en el país, se esperó que sucediera una gran tragedia para que el Estado reaccione y cree un grupo de trabajo, luego una Comisión de Control de Lagunas de la Cordillera Blanca (Ministerio de Fomento, posteriormente Ministerio de Agricultura).
La Autoridad Nacional del Agua (ANA) cumplirá 15 años de creación institucional el 13 de marzo y es una oportunidad para realizar un balance de lo actuado en el tema de los glaciares tropicales, en el que los Andes peruanos registran el 71% de los nevados de Sudamérica; y que son una gran preocupación nacional e internacional por el deshielo de su superficie en más del 50% en el último medio siglo, debido al aumento de la temperatura global.
De seguir esta tendencia producto del cambio climático, las 19 cordilleras, en el norte, centro y sur del país, desaparecerían totalmente antes del 2100. Este dramático fenómeno natural alteraría, considerablemente, el ciclo hidrológico, desregularía la temperatura en los Andes, habría una pérdida muy considerable de reservas de agua dulce, los ecosistemas locales se desequilibrarían, produciéndose mayores desastres naturales y las sociedades humanas altoandinas y costeñas, la flora y la fauna cambiarían drásticamente.
Hagamos un poco de historia: el 13 de diciembre de 1941, una inmensa mole de hielo se desprendió del glaciar del Palcaraju y cayó en la laguna de Palcacocha que, en ese entonces, contenía 8 millones de metros cúbicos de agua, desbordándose y produciendo un aluvión de piedra, agua y lodo de 600 metros de ancho, que arrasó con media ciudad de Huaraz, causando la muerte de casi 2,000 personas y millones de soles en pérdidas materiales.
En 1970, se creó el Departamento de Glaciología y Seguridad de Lagunas (Corporación Peruana del Santa), iniciándose la investigación glacial. En 1977 es transferida a Electroperú, posteriormente al Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet), del Ministerio de Energía y Minas; y, de allí, a Hidrandina (como Unidad de Glaciología e Hidrología realiza el primer inventario de glaciares). En 1991 vuelve a Electroperú y en 1999, pasa al Instituto Nacional de Recursos Naturales (Inrena).
Este vaivén durante casi 70 años después de ocurrido el desastre en Huaraz nos muestra el desconocimiento científico sobre la problemática de los glaciares y su incidencia socio ambiental; además de la incomprensión pública de crear urgentemente una institución especializada.
Recién, en el 2009, los nevados pasan a ser competencia de la Autoridad Nacional del Agua, conformándose la Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos, perteneciente a la Dirección de Conservación y Planeamiento de Recursos Hídricos. El objetivo es evaluar, monitorear e inventariar glaciares y lagunas en los Andes peruanos, generando conocimiento para la toma de decisiones de los actores del Gobierno, los usuarios y de la comunidad científica.