MUCHAS MANOS EN UN PLATO CAUSAN INEFICIENCIA
Por: Manuel Bedregal Salas

“Anda tu a hacer lo que sabes porque, muchas manos en un plato causan arrebato” decía mi abuela. Se refería a que cada quien debe hacer lo que sabe y que cuando muchos se meten en todo o todos en mucho, las cosas nunca se hacen o se hacen mal. Tal es uno de los principales problemas de la administración pública peruana: La superposición de funciones que ocasionan ineficiencia y derroche de recursos. ¿Es que acaso las entidades de todo nivel están capacitadas y deberían hacer todo tipo de actividades? Si la municipalidad provincial no puede ordenar el territorio, el transporte público y el comercio ambulatorio; controlar la contaminación ambiental, cuidar el ornato, construir alcantarillado pluvial, tratar y disponer adecuadamente los residuos de la ciudad ¿podrá acaso construir escuelas, postas médicas, comisarías, sistemas de agua potable, entre otras labores especializadas? La respuesta es: No. Pero, lo hace. Las municipalidades construyen escuelas y postas que deberían estar en manos de las Gerencias regionales de Educación y Salud que cuentan con especialistas, mientras el gobierno regional usa parte de sus recursos en parques, pistas y veredas, proyectos de índole local. Sucede lo mismo con las EPS (empresas de agua y saneamiento) que deberían hacerse cargo en exclusividad de las inversiones del sector en cada localidad porque manejan los planes maestros y el conocimiento, sin embargo, las entidades locales y el gobierno regional intervienen. Hay muchas obras que se encuentran en el limbo contable, hechas por instancias distintas a las especializadas que no pueden ser transferidas porque la entidad competente no las recibe, porque no se hicieron bien. Parte del problema es la ambigüedad de la normativa en este sentido. La Ley de Municipalidades indica: “Los gobiernos locales son entidades, básicas de la organización territorial del Estado y canales inmediatos de participación vecinal en los asuntos públicos, que institucionalizan y gestionan con autonomía los intereses propios…siendo elementos esenciales del gobierno local, el territorio, la población y la organización. Las municipalidades…son los órganos de gobierno promotores del desarrollo local…Los gobiernos locales representan al vecindario, promueven la adecuada prestación de los servicios públicos locales y el desarrollo integral, sostenible y armónico de su circunscripción”. La Ley de los gobiernos regionales indica: “Objetivos a nivel económico: a) Desarrollo económico, autosostenido y de la competitividad de las diferentes regiones y localidades del país, en base a su vocación y especialización productiva… b) Cobertura y abastecimiento de servicios sociales básicos en todo el territorio nacional; c) Disposición de la infraestructura económica y social necesaria para promover la Inversión en las diferentes circunscripciones del país… d) Redistribución equitativa de los recursos del Estado… e) Potenciación del financiamiento regional y local…” Entonces, ambos niveles de gobierno se sienten con atribuciones de hacer de todo porque ejecutar infraestructura de servicios públicos, por ejemplo, es promover el desarrollo integral, sostenible y armónico. Fatal redundancia. Entonces cada nivel de gobierno contrata “sus” profesionales -generalmente no especializados y, en lugar de estandarizar los proyectos, les pone “su” dosis de “innovación” porque hay que “pasar a la historia” y hacer una escuela es más rentable y genera más votos a futuro que hacer un parque. Entonces, las cosas salen mal o no se hacen y la población no sabe a quién reclamar. Mucho avanzaríamos en la gestión de nuestros recursos si “los zapateros se dedicasen solamente a hacer zapatos”. Precisiones a las normas que rigen la labor de las instancias de gobierno subnacional son urgentes. Mientras, deberían ponerse de acuerdo las entidades involucradas: El gobierno regional, concentrarse en salud y educación y en algunos -muy pocos proyectos estratégicos y las alcaldías, en mejorar la vida diaria de los ciudadanos: orden, limpieza, ornato y respeto por el prójimo, ojalá esto suceda para bien de los arequipeños.

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