El primer paso: derribar barreras
Por: Sandra Contreras Angulo
Inicia un nuevo año escolar, pero no para todas y todos: un importante número de niñas, niños y adolescentes migrantes enfrentan una serie de barreras para el acceso a la educación –un derecho fundamental– como su paso por los sistemas educativos. Eso sumado a que las escuelas no cuentan con las condiciones necesarias para que logren aprendizaje.
Perú es el segundo destino más importante de la migración venezolana. Esta situación nos ha puesto retos como país de acogida. Según reportes de la Organización Internacional para las Migraciones, hoy las familias migrantes llegan con niñas, niños y adolescentes, que están en una edad clave para su desarrollo. El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales señala que las familias migrantes que llegan al país “no están constituidas por mamá, papá e hijos […] tratándose en muchos casos de familias incompletas, vulnerables”.
Solo después de encontrar un lugar donde vivir y un trabajo, las familias pueden enfocarse en la educación de sus hijas e hijos, especialmente de quienes están en edad de educación primaria; los adolescentes ayudan a la economía familiar hasta que esté estable y recién pueden asistir al colegio. La niñez migrante está expuesta a la pobreza, xenofobia y desprotección, que afecta sobremanera su inclusión en los colegios.
Desde hace un año, el programa multianual de educación inclusiva +Diversidad, liderado por Unicef, en alianza con Unesco, RET y World Vision, junto a socios en territorio como Save The Children, Alternativa y HIAS, promueve en 257 colegios de Lima Norte, Lima Sur y Trujillo (La Libertad) la educación inclusiva en igualdad de oportunidades para migrantes en edad escolar. Hemos capacitado en liderazgo inclusivo e intercultural a más de 4,500 docentes, los que influirán en 130,000 estudiantes de las zonas mencionadas para que estudien en entornos seguros y libres de discriminación.
La escuela es el espacio para adaptarse a una nueva cultura, reforzar la convivencia sana y democrática con sus pares, para desarrollarse como ciudadanos. Para que todas y todos puedan tener acceso, hay barreras que debemos derribar. Estas van desde las limitaciones de matrícula en colegios hasta el acceso inclusivo, abordando también lo socioemocional, y la permanencia en el sistema educativo de todas y todos, especialmente para los que se encuentran en situación vulnerable. Esperamos que el Estado siga generando las condiciones óptimas para atender esta demanda, especialmente en la situación actual de emergencia climática, que ya ha afectado al 55% de estudiantes.
El inicio oportuno del año escolar y el regreso de todas y todos involucran tanto a las autoridades educativas como a los directores y docentes de las escuelas, padres, madres y cuidadores, y a la sociedad en general. Demos el primer paso.