Tres preguntas. ¿Se puede ser político y cristiano al mismo tiempo?
Por: Pedro Rodríguez Chirinos – Asociación Rerum novarum.

La Política es un servicio a la comunidad. Lamentablemente apreciamos en nuestra realidad como se va en contra de este principio. No es servirse de ella, dar a un grupo o partido, o servir a intereses dentro o fuera del país, es servir a la comunidad a la cual se debe. En ella, se pide un especial llamado a los jóvenes a que entren en política, sea de centro o de los extremos, para hacerla justa, fraterna, solidaria y que busque el bien común. No debemos renunciar a hacer política.

Hoy, en circunstancias recientes ha ocurrido que, incluso en las entrañas de algunas asociaciones u organizaciones de inspiración católica, han surgido orientaciones de apoyo a fuerzas y movimientos políticos que han expresado posiciones contrarias a la enseñanza moral y social del cristianismo en cuestiones éticas fundamentales. (7)

El compromiso del cristiano en el mundo, en dos mil años de historia, se ha expresado de diferentes modos. Uno de ellos ha sido el de la participación en la acción política: Los cristianos, afirmaba un escritor eclesiástico de los primeros siglos, «cumplen todos sus deberes de ciudadanos». En la Doctrina Social se venera entre sus Santos a numerosos hombres y mujeres que han servido a Dios a través de su generoso compromiso en las actividades políticas y de gobierno. Entre ellos, Santo Tomás Moro, proclamado Patrón de los Gobernantes y Políticos, que supo testimoniar hasta el martirio la «inalienable dignidad de la conciencia». Aunque sometido a diversas formas de presión psicológica, rechazó toda componenda, y sin abandonar «la constante fidelidad a la autoridad y a las instituciones» que lo distinguía, afirmó con su vida y su muerte que «el hombre no se puede separar de Dios, ni la política de la moral». (1)

Tres preguntas:

¿Se puede ser político y cristiano al mismo tiempo?

Es un honor para los cristianos servir a la sociedad comprometiéndose en la política. Ahora bien, la política siempre trata de lo “factible”, es decir, no siempre dispone de los medios para llevar a cabo lo necesario, y a menudo las mayorías no quieren convertir en política las acciones cristianas fundamentales. Por ello, no puede reprocharse a los políticos cristianos que tengan que hacer concesiones para llegar a ciertos acuerdos. No obstante, hay decisiones que un político cristiano no puede aceptar nunca por motivos de conciencia. Los valores fundamentales de la persona – la vida, la libertad, la dignidad – no son opcionales para un político cristiano. Por ejemplo, ningún político puede presentarse como cristiano y al mismo tiempo contribuir a que se destruyan los medios de subsistencia de su país. (219)

¿Puedo comprometerme en un partido político, aunque sus posiciones no estén siempre de acuerdo con la doctrina cristiana?

Sí. Como cristianos tenemos la tarea de transformar la sociedad en una “civilización del amor”. Al comprometernos en los partidos, tenemos el medio para mostrarnos solidarios con los débiles. Servimos al bien común cuando en el trabajo partidario resaltamos la primacía de la persona humana y tenemos en cuenta las estructuras sociales subsidiarias. Ahora bien, dado que el programa cristiano está a menudo vinculado con posiciones incómodas, apenas existen partidos en los que se vean plenamente reflejadas la doctrina cristiana. Esto implica que los cristianos participemos con responsabilidad para fortalecer las posiciones respectivas y lograr que estas sean mayoritarias.

El presupuesto de un compromiso responsable es conocer exhaustivamente qué piensa el partido de la inviolable dignidad humana, de los derechos humanos, de la persona y de la protección de la vida, como también sobre la posición jurídica de la Iglesia en nuestra sociedad, sobre cómo se determina su posición en las diversas Constituciones nacionales. Los cristianos no han perdido nada en aquellos partidos que exaltan la violencia, o en cuyos programas se encuentran el odio social, la demagogia, la lucha racial o de clases. (319)

¿Debo comprometerme en asociaciones y organizaciones que no sean cristianas?

Sí. Los cristianos no deben recluirse en un gueto donde todos piensan lo mismo. Un buen futbolista que juegue bien, que actúe dignamente como persona y dentro de su equipo se reconozca cristiano, estará dando un testimonio igual de iluminador que el de un sindicalista de quien todos saben que lucha por la justicia por motivos cristianos. Existen, sin embargo, tres presupuestos para este compromiso: no pueden participar en aquellas actividades que estén en contra de la dignidad de mi vocación cristiana (exceso de alcohol, rituales violentos, libertinaje sexual, etc.) que me impidan expresar mi fe y que se malinterprete mi intervención con fines ideológicos. Hay que andar con cuidado en los casos en los que los objetivos bien vistos socialmente, bajo el silenciamiento de lo cristiano, no sean el brazo derecho de intereses ideológicos. Las fuerzas no cristianas se aprovechan rápidamente de los cristianos de buena voluntad. (320)

¿Existen profesiones o compromisos sociales que sean incompatibles con nuestra fe?

Sí, hay ámbitos profesionales y empleos que están claramente en contradicción con la antropología cristiana y con los mínimos morales de la Iglesia. En el seguimiento de Cristo deben estar dispuestos los cristianos a asumir perjuicios profesionales, aunque se encuentren bajo una dura presión económica. Es imposible ser cristiano y trabajar en el ámbito del aborto o de la eutanasia.

Tienen prohibido la prostitución, el proxenetismo, la producción y la distribución de la pornografía, tan categóricamente como la participación directa o indirecta en el tráfico de drogas, en la trata de personas y en otras actividades perjudiciales, extorsionadoras y degradantes. Cada vez con más frecuencia se encuentran los cristianos en bancos y entidades financieras que les presionan para vender productos fraudulentos a sus clientes. Los periodistas deben decidir en conciencia hasta qué punto pueden participar en determinadas prácticas del periodismo sensacionalista sin perder su identidad de cristianos. (321)

Nota. Referencias de DOCAT. Was tun? Die Soziallehre der Kirche 2016 y Congregación para la Doctrina de la Fe. Card. Ratzinger.

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