¿El ciudadano común se sentirá peruano?
Por: Jorge Delgado. – Asociación Rerum novarum.
En realidad, mucho se ha hablado de la identidad nacional, pero nunca, creemos, se ha logrado algo hasta el momento. Somos un país desunido y dado los últimos acontecimientos e históricamente, hasta ahora, podemos afirmar, no tenemos una identidad como peruanos. En el Perú las corrientes liberales, socialistas y comunistas se han encargado históricamente de deformar y mantener en la ignorancia sobre este tema de la identidad nacional. Hoy a nuestro parecer hemos llegado a una crisis profunda. En la cual dicen unos que sí son peruanos y los otros también dicen lo mismo, pero ambos se desconocen y acusan mutuamente de destruir esa afirmación. En el Perú desde la independencia se trató de tener una identidad. Pero la gente que tenía poder y recursos en ese momento explotó de una manera brutal a la que menos tenían, siendo los criollos, los descendientes de los españoles nacidos en el Perú de hacer esta explotación. No todos por supuesto. Con Ramón Castilla se abolió la esclavitud, pero se seguía ejerciendo una explotación sobre la población de raza negra y los indios, por cierto, oriundos de este país, hasta hace muy poco. Con Velasco se trató de que esa explotación, sobre todo en la agricultura y minería, ya no se diera. Lamentablemente si bien el propósito era muy bueno, no se preparó a estas personas para ser dueños y empresarios y asumir la responsabilidad de conducir los fundos y empresas de los gamonales y propietarios de estas empresas. La izquierda bajo su idea de la “lucha de clases” ha logrado que se acentúe esta diferencia entre explotados y explotadores, sin que la derecha diga o haga algo contundente para que esto cambie. Hoy en día seguimos sin tener identidad, ahora mucho más profunda por una serie de crisis que han hecho que la mayoría de los peruanos duden en su interior de su identidad. Por cierto, los últimos gobiernos desde más de 50 años tampoco han contribuido en el logro de la identidad nacional. Lo irónico es que solo cuando juega la selección de fútbol del Perú todos nos “identificamos” como peruanos, se acaba el partido y otra vez estamos divididos. Hablamos de costeños contra serranos, capitalinos contra provincianos y, un largo etcétera. Aquí sí vale la pena hacer un ejemplo. A raíz del fracaso de la revolución de Velasco mucha de la gente de la serranía migra a las ciudades, sobre todo a la capital, Lima. Fracaso que tuvo sus consecuencias años después. Estas personas que migraron hoy no sienten esa parte de su historia, desconociendo su raíz ancestral de origen serrano, “choleando” al que recién llega posiblemente del mismo lugar de donde él procedió. Los capitalinos, no solo los de Lima, los ciudadanos que generacionalmente están en las ciudades, llámese Arequipa, despectivamente ven a la persona que migro a la ciudad y migra a la ciudad, mirándolo como un invasor y lo califica: Ejemplo “Serrano”, “Cholo”, etc. Otra vez, no todos por supuesto. El machismo es el resultado también de esa falta de identidad, cuando se ve a la mujer como una propiedad y no como una persona igual a uno. Hoy el Perú es un país desintegrado, está demostrado en la crisis actual. Tanto es así, que uno puede estar en un bando en un momento y pasarse al otro. Y al hacerlo ya es diferente. La crisis de la lista de Castillo es el claro ejemplo de eso, en donde el ciudadano desconoce su voto, ya sea por manipulación o no de terceros, de que la presidente fue votada por ellos, ¿Por qué? Porque en el fondo siempre queremos ver una diferencia, así no la haya. Lo mismo podemos ver en el Congreso, congresistas que van por una lista y hoy ya no están, creando bancadas nuevas o transfuguismo, buscando su interés personal por esa falta de identidad. La izquierda ha explotado eso hasta la saciedad, hoy uno puede hablar con un amigo y solo por el hecho de ser de diferente color, atacarlo, estoy hablando entre “amigos”. Triste realidad. El Estado es representado por personas que mediante nuestro voto los hemos puesto ahí, no para un cargo, sino para un encargo, ya que este es un servicio temporal de confianza delegado por nuestro voto. En Puno hay grandes muestras que estas personas que entre comillas “son del pueblo” una vez que llegan al “poder” ya no lo son y ven sus propios intereses. Incapaces de ejecutar planes y proyectos demostrados en la capacidad de gasto, gasto que solo se ejecuta cuando es susceptible de sacar como dicen “la tajadita” para el que está en el puesto público. En el fondo la gente de Puno, en donde hay todo tipo de informalidad y corrupción nunca ha sido atendida por nadie. Lamentablemente no hay nadie que haga esa denuncia con la verdad en la mano y no manipulado, buscando otra cosa que no sea la causa real. Ya mencionamos que la izquierda ha manejado los sindicatos de educación por largo tiempo, más de 50 años, han hecho algo por el logro de la identidad nacional, o han mediante la ideología de la “lucha de clases” causar más división, tomen sus propias conclusiones. Hay dos menciones relevantes a mencionar. Una es la de Víctor Andrés Belaúnde, que rescata una visión de la Doctrina Social de la Iglesia Católica, que grandes pensadores y patriarcas la han tomado, como José Luis Bustamante y Rivero. Él nos dice que el mestizaje racial, cultural, económico, social y político debe ser la base y riqueza de nuestra identidad. Porque el Perú es un crisol de esto. Pero la derecha y la izquierda en el Perú a lo largo de estos años han usado esto para dividir y no para unir. La derecha explotando, la izquierda buscando diferencias, etc. V. A. Belaúnde y muchos buenos pensadores nacionales y de fuera ven la maravillosa riqueza del mestizaje en el Perú. Hoy a nivel nacional hay muy pocos, casi nadie, lo puede ver. Por consecuencia no hay como defenderlo y menos difundirlo. La Doctrina Social de la Iglesia Católica, sobre todo San Juan Pablo II veía esta maravilla del mestizaje y se pronunciaba al respecto, pero ni los propios feligreses son capaces de ver, entender y sobre todo de llevar esta idea de unidad y de identidad. Nosotros somos un país mestizo hasta el tuétano, como dice José María Arguedas somos “Todas las sangres” no una clase de sangre. Cuando esa maravilla del mestizaje se pueda reconocer y dar, se dará la IDENTIDAD Y LA UNIDAD. Hoy al no haber identidad somos desunidos, lo triste es que esta situación ha ido empeorando con el tiempo. Ojalá nos demos cuenta de esto para no seguir caminando desintegrados como peruanos.