Por: Carlos Meneses

Los países de la región acordaron vivir en democracia y defender este régimen político para mantenerlo y fortalecerlo.

El Gobierno peruano decidió retirar definitivamente al embajador de Perú en Colombia, debido a las reiteradas y desatinadas expresiones del presidente colombiano, Gustavo Petro quien insiste en sostener que Pedro Castillo es el presidente peruano y no reconocer que dio un fallido golpe de Estado en diciembre pasado. Ello ha valido para que el Congreso declare persona non grata a Petro.

La Cancillería emitió un comunicado el miércoles por la noche, en el que sostuvo que la actitud de Petro y sus «continuas expresiones injerencistas, han deteriorado seriamente la histórica relación de amistad, cooperación y respeto mutuo» que ha existido entre Perú y Colombia.

Entonces, la relación entre ambas naciones, inexplicablemente y de manera absurda se verá dañada por una actitud irresponsable del mandatario colombiano, porque el retiro definitivo del diplomático peruano tendrá consecuencias no solo en el plano comercial, también se verá afectada la cooperación bilateral de ambos países.

Hay que recordar, que mantenemos con Colombia de manera permanente reuniones presidenciales y gabinetes binacionales, las que sin duda quedarán suspendidas hasta nuevo aviso y otro hecho que preocupa es la paralización de la Alianza del Pacífico.

Además, hay necesidad de múltiples reuniones bilaterales de todo tipo, recordemos que Colombia es un país fronterizo con Perú y se requiere trabajo conjunto para diversos sectores como turismo, seguridad, problemas migratorios, comercio y muchos otros ítems.

Para especialistas en política internacional, en la actualidad en algunos países hay gobernantes que no están actuando en base a un pensamiento democrático, lo hacen en función a la defensa de la ideología y ello es un grave peligro y atentado contra el sistema democrático, contra lo que se debe luchar y actuar de manera rápida y efectiva.