Cierre de fronteras en el sur debió realizarse meses atrás
Por Orlando Cáceres V.
El expresidente de AVIT, Jorge Valderrama Salinas, destaca que los conflictos en Tacna afectan a la imagen del Perú ante los turistas que podrían llegar.
AUMENTÓ EL COMERCIO AMBULATORIO Y LA DELINCUENCIA
El cierre de fronteras en el Sur del Perú se dio de manera tardía por la gran cantidad de personas extranjeras que han delinquido en nuestro país.
Según el expresidente de AVIT, Jorge Valderrama Salinas, varios de los ciudadanos extranjeros que llegan a nuestro país, al estar en una situación deplorable, buscan obtener dinero a como dé lugar. “Cuando uno llega a un país y no tiene dónde trabajar, se busca una fuente de ingresos. De ahí viene el comercio ambulatorio. Comienzan a pedir propina, a vender caramelos, a ser limpiaparabrisas en las esquinas. Se desesperan cuando no tienen alimento para dar de comer a sus hijos y por eso se vuelven violentos”, explicó.
Asimismo, destacó que no todos los ciudadanos de esta índole afectan a la población arequipeña. Según Valderrama Salinas, algunos de los extranjeros son profesionales y se han comportado bien frente a las personas arequipeñas. En esta misma línea, el arzobispo de Arequipa, Monseñor Javier del Río Alba, pidió que se respeten los derechos de quienes llegaron de otro país a residir en el territorio nacional.
“Yo hago una invitación para que, no solamente otros gobiernos, sino que también otros estados de América del Sur para ver cómo podemos ayudarnos. Somos personas. Somos humanos. Son personas que se han visto forzadas a dejar sus tierras por la situación tan delicada que pasa en su país”, dijo Del Río Alba.
Por su parte, Jorge Valderrama destacó que este control de fronteras es una acción tardía. “El Ejecutivo está reaccionando muy tarde cuando debió hacerlo hace mucho tiempo. Estamos llenos de gente, y no tenemos trabajo para nosotros mismos”. Por este motivo, solicitó al gobierno que busque maneras distintas para manejar la migración en nuestro país.
ACCIONES DÉBILES
Por otro lado, Jorge Valderrama aseveró que el control de las fronteras en años anteriores ha sido muy débil y dejó que los malos extranjeros ingresen sin problemas.
“Creo que hemos sido muy débiles. No nos hemos hecho respetar en las fronteras. Hubo poca autoridad. Recién están enviando alrededor de 300 militares a la frontera con Chile que es la más cercana a quienes vivimos en el sur. Eso nos está afectando. También deberíamos de ver cómo es la situación en Bolivia y Ecuador”.
Asimismo, monseñor Javier del Río Alba destacó que lo que nos queda es acogerlos, pero no sólo eso, sino también integrarlos. Es decir, si se va a recibir personas extranjeras en el Perú se debe hallar la manera para que puedan sentirse cómodos y en armonía dentro de nuestro país.