Partido Colorado de Paraguay retiene la presidencia otra vez
El Partido Colorado de Paraguay ha demostrado, una vez más, todo su poderío político. En el Gobierno desde hace más de siete décadas, ha renovado por otros cinco años tras un contundente triunfo en las elecciones celebradas este domingo. Con el 93,5% de los votos escrutados, Santiago Peña vence con el 43% a la Concertación, una alianza de 40 partidos progresistas encabezada por el liberal Efraín Alegre, con el 27,5%. En Paraguay no hay segunda vuelta y Peña recibirá el 15 de agosto el bastón de mando de otro colorado, Mario Abdo Benítez.
Apenas cerradas las mesas de votación, ya había un ambiente festivo en la sede del Partido Colorado en el centro de Asunción. El primero en llegar fue el expresidente Horacio Cartes (2013-2018), ausente en la campaña oficialista desde que Estados Unidos lo denunciase por lavado de dinero y presuntos vínculos con el terrorismo. Su buen humor anticipaba el triunfo de su delfín político. La falta de experiencia de Peña, de 44 años, puso en duda su capacidad como candidato, pero las urnas dieron finalmente la razón a su mentor. Cartes, un empresario tabacalero que hasta 2013 no había votado jamás, volvió a dar el gran golpe con un joven economista educado en Estados Unidos que se afilió de apuro al Partido Colorado en 2016, solo para no perder su puesto como ministro de Hacienda.
El futuro presidente no se olvidó de su jefe político cuando leyó el primer discurso triunfal. “Admiro tu calificada obstinación, rescatando al Partido Colorado de la llanura, uniendo a la familia colorada y refundando el partido al servicio del hombre libre”, le dijo a Cartes, y llamó varias veces a la unidad. El rival interno es el actual presidente, Mario Abdo Benítez.
El Partido Colorado es una máquina de poder que ha sabido adaptarse a todos los cambios políticos. Fue el partido de Alfredo Stroessner durante sus 35 años de dictadura y se las ingenió luego para encabezar la transición democráctica a partir de 1989. Su único paso en falso lo tuvo en 2008, cuando por sus divisiones internas cayó ante la alianza entre liberales e izquierdista del exobispo Fernando Lugo. Fue solo un pequeño ictus: menos de cuatro años después ya lo habia destituido mediante un juicio político exprés en el Parlamento.
El Partido Colorado sigue hoy tan dividido como siempre, pero ya no repite los errores. La disputa entre Horacio Cartes y Mario Abdo por el control de la estructura no afectó la candidatura de Peña tanto como se esperaba. “Los líderes colorados no cartistas dijeron ‘vamos a llevar los votos de nuestras bases y nuestra pelea interna, que va a proseguir, la vamos a resolver en el poder”, explica Marcos Cáceres, analista político y jefe de redacción del diario ABC Color. “Y Santiago Peña fue evidentemente mejor candidato que Alegre, un político tradicional que no pudo unir a una oposición que estaba totalmente partida”, dice. Fue clave la dispersión del voto hacía Paraguayo Cubas, un personaje antisistema expulsado del Parlamento por mal comportamiento. Cubas sacó casi el 23% de los votos en detrimento de la Concertación.