ENTREVISTA CARLOS LLUFIRI: El Gobierno debe discutir las necesidades de los jóvenes
Por Orlando Cáceres V.
El Perú es uno de los países que necesita más apoyo para atender las necesidades de los jóvenes. Por tal motivo, el especialista Carlos Llufiri nos contó sobre la situación que atraviesa este sector de la población en esta época post-pandemia.
¿Cuál es la situación de los jóvenes en el Perú desde tu perspectiva?
No es una respuesta muy sencilla, es muy compleja; porque de manera general se ha hablado del bono demográfico. Pero, de manera normal, no se está aprovechando de manera oportuna. De hecho, en el informe nacional de juventudes que, como Secretaría Nacional de la Juventud (Senaju), hemos sacado el año pasado, hay un párrafo que indica que este bono demográfico está con tendencia a la baja; es decir, están dejando todos de ser jóvenes porque es normal, no es cíclico. Este es un llamado también desde el Estado a las regiones para que puedan aprovechar este factor de una manera más oportuna y eso es una solicitud reiterativa a los gobiernos regionales, a las municipalidades y al Estado porque la tasa de desempleo, que evalúa personas de 14 años en adelante capaces de laborar y contribuir, no están siendo aprovechados. De hecho, en Arequipa el 82 % de jóvenes tiene un trabajo informal. Con esto se entiende que no tienen acceso al seguro social, es un trabajo familiar (como atender en la tienda) y no tienen otros beneficios por su trabajo.
En casos de educación, Arequipa, comparándola con el sur, tiene mejores indicadores que el resto de regiones porque el 42.6 % llega al menos a la secundaria. Dentro de las demás regiones aledañas es un buen dato. No es el ideal, pero al menos hay acceso a este sector. Por otro lado, hay que tener en cuenta que solo el 6.3 % de la población joven es rural, ya que al resto se les considera urbano. Eso está bien porque tienen mejores posibilidades de entrar en otros espacios. Sin embargo, viéndolo por otro lado, podrían acceder a educación, pero por otro el 82 % sigue en la informalidad en cuestión de empleo.
Otro tema destacable que se relaciona con la educación superior no universitaria es que a esta accede el 21.8 %. El otro 24 % ingresa a alguna universidad. No es el ideal, pero en comparación con la región Macrosur, es un escenario alentador.
Respecto al empleo en los jóvenes ¿Por qué hay una gran cifra de informalidad?
Me remito al Informe Nacional de Juventudes. Ninguna de las regiones de nuestro país ha logrado superar, ni siquiera en la población joven, el tema de la informalidad. De hecho, a nivel nacional, supera el 70 %. Entonces, tampoco las políticas de Estado han podido mejorar estas cifras. No es de los últimos cinco años, sino que es un dato histórico. Durante la pandemia, la cifra de informales ha crecido porque muchas personas perdieron sus trabajos, y no solo jóvenes, quienes eran el público más vulnerable. Varios tuvieron que irse a la informalidad, buscar otro tipo de ingresos o dejar de estudiar. Estos últimos dejaron ese tema porque no tenían cómo pagarlos o tenían que laborar para ayudar en los gastos familiares.
¿Cómo los jóvenes podrían acceder a un trabajo formal?
Acceder al trabajo formal es como buscar una aguja en un pajar. Sin embargo, desde el Estado, a través del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTyPE), se brinda diversas oportunidades, no solamente para acceder a un puesto, sino que también se dan capacitaciones para que te vuelvas más empleable. Yo invitaría a la población a visitar la página del MTyPE y de la Senaju por dos razones; porque para acceder a un empleo, hay dos cosas que te piden: que tengas capacidades debido a que la bolsa es reducida; y porque si llegas más preparado lo harás mejor (…) Lo que hacemos es lo que se puede llevar a cabo desde el Estado. Se te puede preparar de manera gratuita, incluso el MTyPE te entrega el “Certijoven” que te vuelve más empleable frente a las organizaciones. Esto siempre será insuficiente, pero no sólo le compete al Estado; también le incumbe al sector privado. Es un tema del pequeño y gran empresariado, respecto a las oportunidades y las condiciones en las que se ofrecen dichos trabajos.
Dejando de lado las capacitaciones, ¿A qué se debe esta falta de preparación por parte de los jóvenes?
Ha habido, y esto se enfatizó más durante la pandemia, la deserción estudiantil. Sin embargo, esto se está mejorando de acuerdo a las cifras del Ministerio de Educación en cuanto a secundaria. Las personas están retornando a las clases. Hay una mejora en este tema, aunque por el momento es mínima, porque aún hay jóvenes que han abandonado la secundaria y los estudios superiores. Esto se da porque si los padres pierden su trabajo, los alumnos deben dejar de estudiar y tienen que ayudar en la casa trabajando (…) Hay una mejora al ver que todos están retornando a las clases, y ese es un reto del sector educación. Los ministros que ingresaron están apuntando con la misma agenda: que, a pesar de que las personas jóvenes son desde 15 a 29 años, también se busca que los que cursan el primero de secundaria retornen a sus clases.
Referido a quienes perdieron a sus padres por la Covid-19 ¿Cómo se les apoyó?
Han habido iniciativas. Algunas de estas fueron becas para las personas que perdieron a sus familiares por Covid-19; espacios de formación que se han realizado, etc. Por un lado, la pandemia nos trajo lamentaciones y tristezas; pero, por el otro, nos dejó espacios de formación virtuales a los que se puede acceder de manera asincrónica.
Tomando en cuenta la situación del Perú ¿Crees que se podría crear un Ministerio de la Juventud?
De manera técnica, actualmente la Senaju, que está dentro del Ministerio de la Educación, recibió todos los documentos en base al tema de juventudes (sobre cuál debería ser el ministerio que lo acoja). En los últimos tres a cuatro años se recibieron propuestas, tanto del Poder Legislativo, como de la sociedad civil y otros sectores del Estado. Todos esos papeles han sido revisados por la Senaju. Por parte del Congreso se habla de un viceministerio que también lo mencionaron funcionarios del gobierno de Pedro Castillo. Además, se indicó que podría incluirse como un organismo dentro de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) o del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP).
No podría responderte que es lo mejor, porque estamos evaluándolo aún; pero a nivel técnico, por ejemplo, en el 2021 se planteó una reforma institucional desde el Ministerio de Educación y el Congreso. Esa reforma ubicaba a la Senaju como un organismo, tentativamente, dentro de la PCM. Esto basado en la mirada técnica de nuestra organización y de ‘focus’ ‘groups’ realizados con jóvenes y la academia. Tras estos métodos, se llegó a la conclusión que debería ser un organismo y no un ministerio porque las experiencias internacionales en la región no demuestran que sea efectivo.
Por ejemplo, tienes Pronabec y todos los programas del Minedu, pero también está salud y el empleo; eso se tendría que unificar. Asimismo, las competencias del Instituto Peruano del Deporte (IPD) también se toman en cuenta. Imagínate recordar esas competencias y agregarle las demás reformas. (…) Más allá de cómo se atienda el espacio de las demandas de las juventudes, es positivo que se discuta; entendiendo que estas, bajo el marco normativo es de 15 a 29 años. Actualmente, no se pueden atender todas las demandas respectivas; ya que eso sería un trabajo titánico. Sin embargo, si existiera una mejora institucional, seguro sería más rápido. (…) Además, es importante que se tome en cuenta para que se intente mejorar las condiciones de esta población. Es algo difícil, porque las personas de Arequipa, Lima o Huancavelica no son iguales y debe haber demandas muy diversas.
Y si se quisiera implementar como tal el Ministerio de la Juventud, ¿Qué más faltaría?
Yo diría que dos puntos: la voluntad política y el aspecto técnico. Yo creo que el aspecto técnico siempre está, y lo otro proviene de nuestras autoridades. En eso último también se debería involucrar la sociedad civil, como las organizaciones sociales, los grupos juveniles del país, las ONGs, etc. De hecho, la política nacional de juventudes busca que a 2030, 8 de 10 jóvenes hayan mejorado su desarrollo integral. Hoy por hoy, la Senaju trata de enmarcar sus esfuerzos en este tema.