Exmonja arequipeña, le cuenta sus “verdades” al papa Francisco
LUCIA ZEGARRA BALLÓN AHORA ES PSICÓLOGA CLÍNICA
La joven arequipeña, psicóloga de profesión, Lucía Zegarra Ballón, quien ahora radica en Urubamba fue una de las participantes del documental «Amén Francisco responde», donde el pontífice responde diversas interrogantes de jóvenes de diferentes parte del mundo en una conmovedora charla en el Vaticano.
Fueron diez jóvenes hispanohablantes, entre 20 y 25 años, que se presentaron ante el Papa Francisco en una conversación franca y directa en donde se abordaron temas como el sexismo en la Iglesia, el abuso infantil, la decisión de abortar, el papel de la mujer, entre otros.
Lucía se presenta en el documental como una joven de 25 años que revela que fue monja y señala «mi fe siempre nació desde el amor, la honestidad, de una búsqueda muy sincera hacia las personas», expresa acerca de su fe.
A pesar de los temas profundos abordados, el ambiente de la conversación se desarrolla de manera sencilla y relajada para ojos del espectador.
Lejos de lo que se pudiera pensar, el sumo pontífice logra crear un clima de confianza y respeto a través de diversos chistes y momentos divertidos que dan como resultado que los jóvenes entren en mayor confianza y se sientan libres de plantear sus interrogantes.
Lucía, según relató, tuvo poco tiempo para explicarle al papa por qué, habiendo sido monja, ya no cree en la existencia de Dios. O, por lo menos, de ese «Dios católico y castigador» en cuyo nombre fue humillada, abofeteada, aterrorizada y llevada al borde del suicidio por su congregación. Quienes ella consideraba sus guías espirituales, aprovecharon esa relación de poder para despojarla de su humanidad; algo curioso (ojo al eufemismo) en una religión que dice amar al prójimo y ser misericordioso con el ser humano.
HABLA SOBRE MALTRATO RECIBIDO
«Hace algunos años fui monja, católica y muy creyente, pero ya no lo soy y estoy más tranquila. Más feliz. Creo firmemente que la formación religiosa está basada en el abuso psicológico, además del abuso sexual, porque yo viví en una congregación en la que se me prohibió ver y hablar con mi familia, no podía salir de la casa, no tenía acceso a periódicos ni información, todos mis mensajes o e-mails eran monitoreados y, aún así, traté de luchar por mi fe de todas las maneras, pero no pude. Yo fui allí buscando el amor y sólo encontré violencia«, le dijo sin tartamudear esta joven de 25 años al mismísimo papa en su encuentro en Vaticano.
«En la Iglesia hay mucha corrupción. Hay mucho daño en la institución eclesiástica y lo que dices del abuso de poder, es verdad. Hay conventos donde existe abuso de poder y religiosas que hacen lo que tú has contado. Y, cuando eso pasa, hay que alejarse y tomar distancia. Tú salvaste tu vida de una situación que te tenía aprisionada y, aunque no te des cuenta alguien te está acompañando», le contestó Bergoglio en lo que podemos pensar que es una extraordinaria y moderna contestación de un pontífice que también habló de sexo, del aborto y hasta del Tinder.
SU INGRESO
Sostuvo que su acercamiento comenzó por el voluntariado.
«Hacíamos visitas a pueblos en Arequipa y a base de mi preparación para la confirmación tengo guiamiento con una de estas monjas, que en ese entonces tenía 23 años. Yo era dedicada al deporte, sumamente estudiosa, entonces me empezaron a invitar a eventos como la Hora Santa. Un cura me empezó a dar libros, me empezaron a llevar a misa, me invitaban a la casa de las monjas a hacer pijamadas y en la noche empezaban a hacer preguntas sobre tu vida, preguntas más rebuscadas, más íntimas. Empecé a tener una vida espiritual más fuerte y dogmatizada. Decían que Dios te elige para que estés con él toda la vida, y dije que, claro, puedo tener una vida de servicio. Tenía mucho que ver con aliviar el sufrimiento, que es lo que me lleva a ser psicóloga después», agregó.
«Decido meterme a la casa de formación a los 16 años, super joven», reveló Lucía. «Esta congregación funcionaba en Lima, de modo que me mudo con el fin de entrar a la casa. Mi familia aún estaba en Arequipa. Apenas cumplí los 18, pedí un permiso especial para que me dejen entrar. En esta congregación tienen fechas específicas que suelen ser en febrero. Cumplí los 18 y me mudé a su casa, en Chaclacayo. Cuando salí, cinco meses después, ya estaba mi familia acá en Lima. Nunca regresé a la vida antes. No conocía Lima. No tenía cama, cuarto, se supone que me había ido para siempre. Tuve que ir a comprar ropa. Tratar de forjar una vida de cero», recuerda.
DESCONTENTA
En varias entrevistas, la joven arequipeña sostuvo que quedó insatisfecha con la conversación con Francisco.»No me gustó, porque en realidad no contestó ninguna de mis preguntas, sino que más bien las evadió. En general, habla de situaciones que él mismo podría cambiar, pero no lo hace y siempre se ha quedado en el discurso. Las palabras se las lleva el viento. No asumió ninguna responsabilidad, siendo él el representante de la institución», dijo.
«La congregación a la que yo pertenecí, sigue existiendo y sigue reclutando con los mismos mecanismos abusivos», dijo decepcionada por su temor de que el documental solo sirva para «lavarle la cara» a la Iglesia católica. (Andina, Yass, BBC e Infobae)
DATO
La producción audiovisual dura 80 minutos y es dirigida por los españoles Jordi Évole y Marius Sánchez.
Hola. Me llama la atención que no haya autor de la nota, ¿quién la ha redactado? ¿Por qué no citan a quien hizo la foto? Para la próxima, un poco menos de amarillismo estaría genial y en todo caso, como el resto de sus colegas, darse el trabajito de buscarme para una entrevista para no dar pie a sacar de contexto la información. Saludos.