Según un informe técnico sobre seguridad ciudadana del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), el 18.6% de los peruanos mayores de 15 años fueron víctimas de algún hecho delictivo.

El Gobierno peruano debe asumir el liderazgo necesario para acabar con la delincuencia e inseguridad en el país, que trae zozobra y miedo entre los ciudadanos.

De acuerdo a encuestas, la inseguridad pública es una de las mayores preocupaciones de los peruanos. La percepción de inseguridad está casi generalizada, porque el país está preso de la delincuencia, la criminalidad y el sicariato, problema que se ha agravado alarmantemente en los últimos gobiernos.

El presidente del Poder Judicial y titular de la Presidencia del Consejo de Ministros se reunieron para tratar el tema y acordar acciones de lucha contra la delincuencia.  Para ello, es indispensable un mejor servicio de justicia, lucha contra la criminalidad y la corrupción.

Por ello, es impostergable el trabajo articulado de todos los operadores de justicia para evitar que sucedan hechos que nos indignan, como la muerte de una agente del orden en Puno en manos de un delincuente que meses antes había sido capturado por la Policía, pero por errores u omisiones del Poder Judicial y del Ministerio Público fue liberado y le costó la vida a esta joven, quien precisamente participaba de un operativo contra una banda de delincuentes.

Otro caso, es el de los denominados “Chinchilicos del Sur”, intervenidos por la Policía pero que también están en libertad,  gracias a la inoperancia inexplicable de un juez de Arequipa,  desde el pasado lunes 16 de mayo, según denunció el jefe de la División de Investigación Criminal de la PNP en nuestra ciudad.

Por lo tanto, la lucha contra la delincuencia demanda un firme y transparente compromiso de todos los operadores de justicia. El Estado es uno solo, los poderes del Estado coordinan entre sí, no son opositores, contrarios, sino entes coordinadores como un mismo objetivo: la seguridad y estabilidad en el Perú.