Por: Dany La Torre

Pese a las posibles consecuencias negativas para la salud maternoinfantil que podría conllevar el parto por cesárea, es el procedimiento más solicitado por las mujeres arequipeñas en los últimos años. Sólo en el hospital Honorio Delgado Espinoza, la tasa de cesáreas bordea el 52% y su alta incidencia se debe al temor que sienten las gestantes ante el dolor que se produce en el parto normal, aseguró el jefe del Área de Obstetricia del nosocomio, Juan Daniel Santos Llerena.

“Muchas mujeres en nuestra región piensan y sienten que es lo mejor tener un parto por cesárea. Inclusive, evitan la atención en un hospital público, hacen un ahorro económico para hacerse una cesárea en una clínica particular (…) lamentablemente, muchas personas toman esta decisión por el temor al dolor que se produce en el parto normal y eso se puede aminorar al acudir a sus sesiones de psicoprofilaxis que lamentablemente hemos tenido un déficit a causa de la pandemia”, agregó.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la tasa ideal de cesáreas debe oscilar entre el 10% y el 15%; sin embargo, las cifras en Arequipa bordean el 52%. Así, por ejemplo, de 4 mil 200 partos registrados en el 2022 en el hospital Honorio Delgado, 2 mil 200 fueron por cesárea. Además, se advierte que un 10% de todos los alumbramientos en Arequipa se realizan en clínicas privadas. En estos establecimientos, un 90% de procedimientos son por cesárea.

Santos Llerena advierte que este problema viene aumentando cada año e incluso se han llegado a registrar amenazas al personal de salud por parte de los familiares de las madres gestantes que desean, sin mayor justificación, un parto por cesárea. “En nuestro país, hay un problema, las pacientes vienen con sus familiares y amenazan al personal de salud que no les indica una cesárea. Nos amenazan de muerte o advierten que nos harán un juicio. Por eso, a veces se hace una cesárea que no debería ser. Cada semana, entre 4 a 7 pacientes embarazadas tienen ese objetivo”, dijo.

Riesgos

Cabe señalar que, según la OMS, ‘como en cualquier otra cirugía, la cesárea está asociada a riesgos a corto y a largo plazo que pueden perdurar por muchos años después de la intervención y afectar a la salud de la mujer, y del neonato, así como a cualquier embarazo futuro’. El mayor peligro se concentra en la población con menor acceso a una atención obstétrica integral.

Según advirtió Santos, entre los mayores riesgos que tiene una persona embarazada al someterse a un parto por cesárea ‘forzado’, resalta la formación de placenta accreta. Esta patología ocasiona que la placenta se adhiera a la zona donde se hizo el corte de la cesárea (paredes uterinas). “Termina convirtiéndose en una suerte de tumor y por eso se tiene que terminar el embarazo antes de tiempo y a veces con una hemorragia tan severa que termina en una muerte materna”, dijo

Entre otras consecuencias, este procedimiento quirúrgico puede ocasionar un dolor crónico en la zona de la cesárea y condiciona a que futuros partos sean necesariamente por cesárea. “Además, hay muchos riesgos cuando estas cesáreas se hacen en clínicas privadas porque no todas cuentan con las condiciones como para atender un parto porque tienen que tomar en cuenta que hay muchos factores de riesgo como la necesidad de un banco de sangre y no lo tienen”, dijo.

Del mismo modo, indicó que los neonatos también pueden afectarse porque podrían tener deficiencias inmunológicas a futuro y se privan de beneficios como una adecuada lactancia materna y una adecuada respiración. “La cesárea se recomienda que sólo se realice a las pacientes con algún factor de riesgo o alguna dificultad al momento de enfrentar el parto natural y que debería terminar en una cesárea”, agregó.