Por: Carlos Meneses

El Gobierno Regional de Arequipa y numerosas municipalidades distritales no cuentan con ordenanzas para controlar y sancionar el acoso sexual, pese a que la región se ubica en segundo lugar a nivel nacional con más casos de este tipo de violencia.

El acoso sexual o callejero, es un comportamiento agresivo no deseado por parte de otra persona o un grupo. Es decir, implica la existencia de una conducta que provoca malestar o incomodidad en otra persona.

Los momentos actuales, nos plantea un escenario positivo para los derechos de la mujer y la erradicación de toda expresión de violencia en su contra.  El hostigamiento sexual se ejerce mayoritariamente contra la mujer, especialmente adolescentes y niñas. Afecta la dignidad de la mujer con serias implicancias en su salud y desarrollo de capacidades y potencialidades.

Está demostrado que en el país y en Arequipa principalmente, las normas no son suficientes para combatir por sí solas esta vulneración de derechos, siendo necesario contar con los medios apropiados para que se cumplan en forma oportuna.

Es responsabilidad de las autoridades del gobierno nacional, regionales y municipales ordenanzas y políticas  para afrontar este problema y además de trabajar en la prevención que asegure que el lugar de trabajo, que al caminar por la calle o en cualquier otro espacio público, sea siempre libres de acoso como un imperativo ético y legal.

Además, la prevención es el mejor instrumento para eliminar el hostigamiento sexual, para ello debemos alentar a adoptar las acciones necesarias para impedir que ello ocurra, porque es una expresión de violencia contra la mujer, en el ejercicio de situaciones de privilegio y abuso de poder.

El ser humano conoce diferentes tipos de acoso que pueden darse a lo largo de diferentes etapas de la vida y sin límite espacial o temporal: sexual, laboral, escolar y cibernético.