TODO ES IMPORTANTE EN LA VIDA (segunda parte)

Por Juan Manuel Zevallos RodríguezMagister en Salud Mental del Niño Adolescente y Familia.

HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA

Un día, un viejo padre que quería que su hijo dejara de ser un ser humano frustrado me constaba esta historia que comparto hoy con cada uno de ustedes:

“Una vez en el lugar más hermoso del universo vivía un niño llamado Sueño, el cual anhelaba crecer y conocer otros mundos.

Sueño se la pasaba por allá en lo alto, por las nubes jugando y jugando todo el día.

Una vez Sueño se dio cuenta que él no crecía como crecían sus amigos, además empezó a sentirse muy débil y poco a poco perdió sus ganas de jugar.

Un gran día, llegó un mensajero que llevaba consigo un maletín muy especial que contenía alimentos para así fortalecer y hacer crecer a Sueño.

Desde el mismo instante en que aquel mensajero llegó, Sueño empezó a sentirse mejor y mejor, ya que cada día aquel mensajero lo alimentaba con aquellos manjares.

Muchos caldos de constancia con fuerza, platos muy nutritivos de voluntad y trabajo, postres hechos a base de paciencia, fantásticos jugos hechos con decisión y lo más importante tratándolo con mucha confianza.

Sueño creció y creció, y llegó a dejar de ser Sueño para convertirse en Meta y, claro que siguió jugando, pero ya no por las nubes, sino aquí en la Tierra, cada vez más conoció otros mundos, mundos como la felicidad y la satisfacción, y un día no muy lejano, Meta dejó de ser Meta y se transformó en REALIDAD”.

Nuestros hijos pueden seguir siendo un sueño sino llenan su vida de otros conceptos. El saber científico es parte del cargamento que debemos de llevar en nuestro viaje por el mundo, debe ser una carga significa, pero no la única. Esta debe de complementarse con el desarrollo de otras habilidades y virtudes; de prácticas deportivas y artísticas; de razón y sentimiento enlazados por el autoconocimiento y la aceptación.

Entre más cargas lleven por el camino de la vida nuestros hijos las oportunidades de desarrollo será mayores, pero atención, nunca deben de enviarse cargas tan pesadas que impidan el avance de nuestros hijos por los sinuosos senderos de la vida. Deben de enviar todo lo necesario, pero para enviarlo debemos primero sembrarlo y desarrollarlo en su interior. Si nuestros hijos tienen las bases de múltiples habilidades su desarrollo posterior está asegurado.

Entre menos cargas tengan nuestros hijos, menos competencias podrán cumplir en su desarrollo personal. Los obstáculos del camino serán más complejos de ser solucionados y perderán tiempo en situaciones que otros vencerán con facilidad.

Nada es obsoleto, nada es fatuo en el viaje de la vida. Todo aprendizaje ayuda a un mayor desarrollo personal. Toda discapacidad limita nuestros pasos y hace más complicada la toma de decisiones. El ego, la vanidad y la soberbia por el saber científico acabarán siempre en zozobra y en dolor.

“Un hombre muy sabio emprendió un viaje y para llegar a su destino tenía que cruzar un río caudaloso. La manera de cruzarlo era mediante una barca que un sencillo y servicial barquero atendía. El sabio se metió en la barca y durante el trayecto fue hablando con el barquero. Le preguntó:

Amigo, ¿Usted sabe geografía?

No señor, –  respondió el barquero -, ¿Qué es eso?

Si no sabe geografía ha perdido el diez por ciento de su vida, replico el sabio

El sabio volvió a preguntar: Amigo, ¿Usted sabe gramática?

No, no señor, – yo no sé qué es eso…

Con gran gesto de asombro y preocupación el filósofo respondió: Si no sabe gramática ha perdido otro diez por ciento de su vida.  Así fue todo el rato, preguntándole al pobre barquero si sabía aritmética, historia, ciencias, etc.   El sencillo barquero respondía a todo que NO, que él no sabía nada de aquello. Y sucesivamente el sabio le contestaba diciéndole que había perdido un diez por ciento de su vida por cada materia que ignoraba. El barquero estaba asustado, angustiado, porque según la manera de contar del sabio llevaba ya perdido el 80% de su vida.

Distraídos por la conversación no se acordaron de una gran piedra que había en medio del río.  Allí se estrelló la barca, se abrieron las tablas y empezaba a inundarse…

El barquero le pregunto al sabio:

Usted que es tan SABIO, ¿Sabe nadar?

NO, no sé nadar, respondió el sabio.

Pues ha perdido usted el ciento por ciento de su vida pues nos HUNDIMOS, y el que NO SABE NADAR SE AHOGA. 

 El saber científico ha sido y seguirá siendo la base del desarrollo de la humanidad, pero el desarrollo personal, en base a otros conceptos, habilidades, virtudes y potenciales será siempre más importante. Si no sabemos nadar en el mar de los conflictos naufragaremos, si no sabemos nadar en el torrente de la frustración nos ahogaremos, si no sabemos nadar en medio de las aguas tenebrosas de la frustración nos perderemos.

Debemos aprender a nadar no sólo con el cuerpo físico sino también con el cuerpo emocional. Si no logramos flotar y salir adelante con gran fortaleza ante los desafíos de la vida como la envidia, el celo, la desidia y la esclavitud mental estaremos perdidos y sino enseñamos esas técnicas a nuestros hijos ellos también estarán perdidos.

Pero, ¿Cómo se aprende ello? Pues es fácil y complicado a la vez, depende del tiempo que tengas. Abrazando a tus hijos, jugando con ellos, compartiendo sus actividades, diciéndoles que las notas del colegio son importantes pero que su respuesta conductual ante los problemas es mucho más importante y valedera para los años que vendrán.

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