Precariedad de los adultos mayores en el Perú
Por Martín Taype – El Montonero
Como es de público conocimiento uno de los grandes problemas que sufren los adultos mayores en el Perú, está referido a que muchos de ellos viven en una situación muy precaria en términos de condiciones de vida, siendo dos puntos esenciales la pensión de jubilación y la cobertura adecuada de salud, recordemos que de acuerdo a la Ley N° 28803, Ley de las Personas Adultas Mayores, se consideran adultos mayores a todas las personas que tienen 60 o más años de edad.
“Al primer trimestre del 2023, el 39,6% de los hogares del país tenía entre sus miembros al menos una persona de 60 y más años de edad; así lo dio conocer el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), mediante el Informe Técnico Situación de la Población Adulta Mayor elaborado con los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares, donde el INEI precisó que en el área rural la proporción de hogares con algún miembro de ese rango de edad alcanzó al 42,7%, seguido de Lima Metropolitana (41,7%) y de los hogares del resto urbano (36,8%)”, de acuerdo a su Nota de Prensa de fecha 28 de junio del año en curso, en su página web.
Si bien actualmente nuestro país viene pasando una coyuntura muy difícil debido a los problemas por todos conocido de nuestro contexto interno, así como por el adverso contexto económico y geopolítico externo, ello no es excusa para “tratar de tapar el sol con un dedo”, sobre la precaria situación en la que viven muchos adultos mayores en nuestro país que de acuerdo a la citada Nota de Prensa representan un importante porcentaje de la población en los hogares, teniendo la responsabilidad las gestiones gubernamentales desde largas décadas atrás en no proveer de los recursos y la gestión necesarias para no revertir esta situación.
El tema es muy amplio para tocarlo en un artículo, por lo que me voy a centrar en dos elementos clave: la pensión de jubilación y la cobertura adecuada de salud. Veamos el primero. Actualmente rigen en el país dos sistemas de pensión de jubilación, la que brindan los Administradores de Fondos de Pensiones (AFP) y la Oficina de Normalización Previsional (ONP), ninguno de los dos ofrece una pensión digna a la edad de jubilación, siendo este tema objeto de múltiples debates en diversos ámbitos como el político, de gremios sindicales, entre otros, sin que hasta la fecha se haya brindado solución alguna.
Ante esta realidad propongo que la jubilación sea no por edad sino por años de servicio y aportes a una cuenta individual en una cuenta de entidades financieras autorizadas por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) que genere una rentabilidad efectiva a una tasa de interés anual equivalente a la más alta del mercado financiero, siendo esta cuenta intangible y cubierta al 100% en su fondo por el Estado Peruano, en caso de que si alguna entidad del mercado financiero quiebre el dinero de los aportantes no se pierda nunca. Dicho aporte mensual debe ser el actualmente vigente pero libre de comisiones.
En cuanto a la edad de jubilación debe de ser de 30 años de servicio para hombres y mujeres. De forma tal que alcanzado los 30 años de aporte una persona se pueda jubilar automáticamente independientemente de su edad, ello implica que una persona pueda jubilarse a una edad temprana donde pueda gozar encontrándose en plenas facultades de una pensión digna y si desea, continuar laborando o no.
En cuanto a la cobertura de salud, esta debe ser universal y perpetua para todos los peruanos en el sistema público que tiene que ser eficiente y eficaz y para los trabajadores del sector privado o público adscritos al régimen laboral privado perpetua además en las Entidades Prestadoras de Salud (EPS), siendo los costos asumidos por las entidades públicas o privadas, donde hayan laborado al menos 20 años de servicio en dichas entidades.
Seguramente, muchos sectores dirán que estas propuestas son inviables y populistas, pero dinero hay, cuántos miles de millones se pierden al año por la corrupción o mala gestión en las entidades, además los trabajadores en su vida laboral han generado alta rentabilidad o minimización de costos a sus empleadores, entonces seamos honestos. ¡Basta de precariedad de los adultos mayores en el Perú!