Por: Carlos Meneses

También el deseo de todos es que se escuche el reclamo pacífico y democrático de la mayoría y que no se juegue con lo poco que queda de esperanza en los que hoy se quejan.

Lo que los peruanos necesitan saber hoy de labios de la presidenta de la República es cómo será el desempeño del gobierno y el tratamiento de problemas fundamentales que confronta la Nación, los propósitos de enmienda de equivocaciones evidenciadas en el manejo de la cosa pública y en la superación de los problemas económicos que soportan las familias que aquí viven.

El tema político también es muy importante para definir inversiones nacionales o extranjeras y reacondicionar lo hecho hasta ahora, para resolverlo en estricto respeto a Constitución vigente y a los buenos propósitos que tienen los encargados de administrar el país en los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Ningún engaño es admisible a estas alturas de un régimen iniciado en el 2021 y que está a la mitad del camino de una etapa que no ha sido buena para nadie. La presidenta debe dar pasos seguros y responder a inquietudes colectivas que plantean hasta su renuncia como solución a una crisis real y existente que no puede mantenerse por más tiempo.

El sur del país debe ser privilegiado en el desarrollo del Perú y muy en especial departamentos que han sido maltratados por años y que han expresado su descontento por la forma como han sido tratados e incluso con un abandono visible en la inversión estatal.

Así, Arequipa reclama al igual que Puno, Cusco, Madre de Dios, Apurímac que los ojos del gobierno, el freno a la corrupción y la búsqueda real de valores se evidencien en el texto del mensaje de la presidenta.