Las campanas de las revoluciones
Por Carlos Meneses.
En ocasión del mes aniversario de Arequipa publicaremos artículos relacionados con la historia de la ciudad.
UNO
Al establecerse tras la Independencia un gobierno democrático en el Perú, hubo necesidad de transmitir a conocimiento público las propuestas u oposiciones a decisión gubernamental para las que se requerían apoyo ciudadano de los arequipeños y para comunicarlas resolvieron utilizar, los líderes de esos tiempos, las campanas de la Catedral.
Como el toque de arrebato se conoce el golpe de la campana mayor para convocar al pueblo a la Plaza de Armas donde un líder civil o militar fijara posición sobre asuntos públicos. El historiador Jorge Basadre se refirió al tema diciendo que los arequipeños tenían armas como escopetas y revólveres en sus casas y que salían con ellas en las manos al oír los llamados campaneros y que solo entonces preguntaban: “por qué y por quién peleamos”.
Es de advertir que las 5 campanas que tiene aún ahora la Catedral están ubicadas en la torre que da hacia la calle San Agustín. También existen otras en la torre del lado de la calle Mercaderes, pero esas corresponden a los toques del reloj que importó y regaló el obispo Goyeneche a la Basílica arequipeña.
DOS
Ya que se escribe sobre las campanas diremos que la más grande a la que se conoce como “La Monteruda”, por un desperfecto de construcción que permite observar una deformación en su estructura, era la que procuraban tocar los encargados de convocar al pueblo y en la construcción de su badajo tuvo activa participación Cayetano Arenas de la Fundición El Águila que llegó a producir cañones cuando fue requerido hacerlo en la Guerra del Pacífico, entre Perú y Chile.
Sin embargo, más antigua que esa campana fue la de la iglesia de San Agustín, el prior jubilado Fray Manuel Rodríguez la mandó hacer y fue utilizada en el 2002 cuando los toques de la campana convocante fue en ese templo vecino a la UNSA.
El toque más espectacular de convocatoria al pueblo fue en 1950 cuando en el mes de junio el prefecto de entonces, coronel Daniel Meza Cuadra llevó a los alrededores del colegio Independencia un contingente de soldados para terminar con un conflicto entre estudiantes y director.
En tal ocasión Meza Cuadra dispuso que la Policía se encargara del cuidado de las torres para evitar el llamado al pueblo para que se plegara a la causa de los estudiantes.
Agentes de la gendarmería armados con pistolas cumplieron a medias la gestión, pero un grupo de estudiantes de la I utilizando improvisadas escaleras y vistiendo el uniforme caqui lograron subir y se asegura que un joven, casi niño, logró caminar por la cornisa de la torre cercana a San Agustín y comenzó a tocar la campana, mientras los policías disparaban y el joven eludía a los guardianes, terminando por bajar por uno de los pilares que a más de 40 metros de altura lo separaban del suelo.
TRES
Las campanas dejaron de utilizarse después del 2002 y luego de que el pueblo de Arequipa declarara y realizara un paro general por acuerdo de asamblea colectiva a favor de la permanencia de Egasa como empresa pública.
Arnoldo Guillén, un ciudadano que fue parte conformante de un grupo de 4 que acudieron a la Comandancia General para lograr un acuerdo de paz y devolver tranquilidad a la ciudad, dice que el nombre del protagonista de la hazaña que emocionó a quienes vieron la actuación de este valeroso y joven residente arequipeño no fue conocido, dificultaron su identidad la persecución policial y también el deseo de protegerlo de una eventual venganza gubernamental y de las autoridades del régimen de entonces.
Además, el hecho de que en el siglo XX hubiera recursos de comunicación mejores que las campanas decidieron que se abandonara la convocatoria a reuniones ciudadanas a través de las estas y se utilizara la radio, primero y después, cuando llegó a Arequipa, también las emisiones informativas de televisión.
CUATRO
Según el entendido periodista Dante Zegarra López, quien prepara un nuevo libro referido a la Catedral, el conjunto de campanas llega a 7 y aunque todas suenan cuando es necesario. La iglesia mayor estableció como forma de convocatoria sucesivos y frecuenten toques de la campana mayor que también suena para recordar a los creyentes las horas del Angelus a las 06:00 horas, al mediodía y a las 18 por la tarde.
En otros tiempos las campanas también tocaban por motivos religiosos a las 8 y 9 de la noche generalmente en sufragio de almas benditas.
En 1546, por primera vez y por disposición de las propias autoridades se usaron campanas de la Basílica por orden del ayuntamiento para conseguir que los fieles fueran a la plaza a conocer directivas que debían realizarse en forma obligatoria
La del 50 fue la revolución que cobró más vidas y a la que fue invitado el pueblo de Arequipa. Otra vez en la Plaza Mayor la gente tomó decisiones sobre qué hacer el año de 1950 y en la que participaron con frecuencia los estudiantes de San Agustín, de la I, los trabajadores liderados por los obreros ferrocarrileros y las vendedoras del mercado de San Camilo.
Para lograr el mayor concurso, los líderes obligaban a cerrar las tiendas y ninguna voz, estuviera a favor o en contra de la convocatoria, era desoída, pero no cambiaba el curso de lo decidido. Fue una época en que el pueblo se pronunciaba y después no era raro que los combates se generalizaran en la ciudad sobre todo en la época de Castilla y del arequipeño Vivanco.