Vivamos construyendo concordia a nuestro alrededor

“Si la fuerza hace vencedores, la concordia hace invencibles”

Proverbio portugués.
Por: P. Luis Andrés Carpio Sardón

Las enseñanzas cristianas sobre cómo podemos convivir mejor con los demás ciudadanos no son nuevas, están presentes en la misma vida de Jesús, recogida en la Biblia. Si nos fijamos, veremos que Él siempre se comportó como un buen ciudadano, es decir, que quiso darnos ejemplo explícito en esto también; cosa en la que quizás no habíamos caído en la cuenta.

Pero además, si nos seguimos fijando, veremos que lo enseñó explícitamente también con sus palabras.

Estamos, entonces, ante una parte de la enseñanza de Cristo que ha estado siempre presente desde el comienzo del cristianismo.

Sin embargo, mi experiencia es que cuando he recibido la educación cristiana, sea en las clases de religión en mi colegio, o en las clases de catequesis para recibir los sacramentos de la Primera Comunión o de la Confirmación en mi parroquia, no me enseñaron más que las principales oraciones, los principales deberes religiosos como ir a Misa los domingos, y a vivir la moral cristiana como evitando pecar, por ejemplo.

No hubo mención de las enseñanzas de Jesús para ser mejor ciudadano; como si eso no formara parte principal de su mensaje.

Ha sido un bonito descubrimiento conocer que, a lo largo de la Historia, muchos cristianos que han querido tomar en serio las enseñanzas de Jesús han ido pensando sobre sus propias responsabilidades como ciudadanos y que lo mismo han hecho también los Pastores de la Iglesia, de manera que sí existe un conjunto de orientaciones que, explicando las enseñanzas de Jesús, pueden dirigirnos en nuestro modo de convivir en la sociedad.

De esta manera, la fe cristiana, bien vivida, sí tiene consecuencias en el modo como vivimos como ciudadanos en nuestro país. Esto es interesante y nos propone un camino para mejorar cada uno como personas, y para contribuir a que mejore nuestro país, cosa que es tan necesaria; y que tantas veces no sabemos qué podríamos hacer o cómo lo podríamos lograr. ¡Acá hay respuestas concretas!

Tanto los Papas como las Conferencias Episcopales han ido dando documentos que contienen ese tesoro, que se ha agrupado bajo el nombre de Doctrina Social de la Iglesia, y que así forma parte de las enseñanzas oficiales que da la Iglesia Católica. Nos toca poner interés en conocerla. Veremos que nos sorprenderá.

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