Papa Francisco realiza una rápida visita a Fátima
El papa Francisco hizo una rápida visita el sábado al santuario de Fátima, en el centro de Portugal, donde fue recibido por unos 200 000 fieles antes de regresar a Lisboa para la vigilia que precederá a la misa final de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Tras aterrizar en un helicóptero del ejército del aire portugués, Jorge Bergoglio, de 86 años, recorrió en «papamóvil» la explanada que rodea la pequeña capilla que marca el lugar donde, según la tradición católica, la Virgen María se apareció a tres niños en 1917.
Sonriente, el papa detuvo su comitiva en varias ocasiones para bendecir a bebés y niños que eran alzados hasta él por los fieles, y saludó a las miles de personas que le esperaban tras las vallas de seguridad, antes de rezar el Rosario con jóvenes enfermos, discapacitados y prisioneros.
«La Iglesia no tiene puertas, para que todos puedan entrar», afirmó el pontífice argentino durante un breve discurso pronunciado en español, como casi todos desde que llegó el miércoles a Portugal.
«Esta es la casa de la madre, y una madre siempre tiene el corazón abierto para todos sus hijos. Todos, todos, todos, sin exclusión», repitió entre aplausos, reiterando un mensaje que ya subrayó en otras ocasiones en esta JMJ.
Al contrario de lo que estaba previsto, el papa improvisó casi toda su intervención. Francisco -quien ahora de desplaza en silla de ruedas o apoyado en un bastón por una salud cada vez más frágil- ya había variado el guion de uno de sus discursos el viernes, tras explicar espontáneo que no le funcionaban «los reflectores» y no conseguía leer bien.
El portavoz del Vaticano indicó a la AFP que el cambio del viernes se había debido efectivamente a «un reflejo provocado por la iluminación», mientras que el de este sábado había sido «una elección» del pontífice.