Los festejos de Arequipa
Por: Carlos Meneses
El significado de las fiestas y de su éxito es básicamente el aporte de todos y cada uno de los que aquí viven nacidos o venidos y siempre recibidos con brazos abiertos y que deciden quedarse construyendo casas, habilitaciones urbanas, guardando lugares para las iglesias, comisarías y cementerios, como muestras de que están pensando vivir bien aquí y no irse de tierra que tiene ejemplos de vida en hombres y mujeres.
Como un latigazo deben haber sentido las autoridades responsables de Arequipa el titular que ayer colocó en su primera página El Pueblo en la edición extraordinaria por el 483 Aniversario de la Fundación Española, cuando se sostuvo que esta fecha conmemorativa llega sin obras ni inversiones.
Justo es decir que la misma se puede extender a toda la Macro Región Sur y entender como contraste el comportamiento ciudadano y colectivo que salvó, con la misma alegría de otros tiempos y en gran número ciudadano su fidelidad, a la tierra en que vivimos.
El gobierno no tuvo un gesto que merezca la gratitud de la comunidad, como la visita de la presidenta de la República o siquiera la de un ministro de Estado a los actos conmemorativos; pero en unidad y paz el pueblo si testimonió la admiración que siente por nuestros hombres y mujeres de ayer y por la demanda de atención en favor de esta tierra.
Se evidenció, asimismo, que no existe el liderazgo de otros tiempos y que la coyuntura que confrontamos debe ser superada, lo que sí podemos hacer como pueblo que se levantó después de terremotos, de migraciones constantes y de brazos abiertos para todo aquel que quiere participar de nuestras fe y grandeza.
Debe resaltarse la unidad que muestra nuestra gente para volver a una senda necesaria y lograr proyectos como Majes que son absolutamente necesarios para recuperar empleo y crecimiento. Quienes aman a Arequipa, son los que aquí vivimos y que a través de una suma de voluntades queremos tener la esperanza de un gran futuro.