Cambios ministeriales para que nada cambie
Por César Gutiérrez

Seis cambios ministeriales en el gabinete Otárola que, según mi parecer, no aportarán nada nuevo a la mediocre gestión que viene realizando el Gobierno, con la tolerancia inconmensurable de los gremios empresariales. Salvar a la República le llaman, más bien diría “llevando al país a la dimensión desconocida del 2026”, que ante el deterioro económico e institucional del Ejecutivo y Legislativo cualquier cosa puede suceder en el relevo del Gobierno. 

Empiezo mi recuento por dos cambios de puesto en las carteras de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) y Transportes y Comunicaciones (MTC), donde han sido desplazados Daniel Maurate, desde el Ministerio de Justicia, y Raúl Pérez Reyes, desde Producción, respectivamente. Dos trajinados profesionales en altos cargos públicos, de grises desempeños. Sin pedir reformas imposibles para un Gobierno tan débil, hay tareas mínimas que hacer en los dos ministerios señalados que no creo que se produzcan 

En el MTPE es indispensable que el Consejo Nacional de Trabajo (CNT) haya consensos, hoy ausentes. El salario mínimo vital es uno de ellos, la inflación ha afectado a los asalariados y hay demandas de un reajuste; la clase empresarial dirá que no es el momento, pero nunca es el momento cuando de tocar la caja se trata. Al ritmo que anda el CNT se dirige a su liquidación por inútil, acabando así el sueño de la tripartita –Estado, empresarios y trabajadores– que preconizó en 1980 don Alfonso Grados Bertorini, titular del pliego en ese entonces. No veo a Maurate haciendo el rol de componedor que se necesita. 

Un tema adicional que le competirá al nuevo titular del MTPE es la coordinación de EsSalud, institución adscrita a su pliego, donde el desorden cunde y las acusaciones por mal uso de recursos es permanente, tan es así que los señalamientos han llegado hasta el premier Alberto Otárola y la propia presidenta Dina Boluarte. El recientemente nombrado ministro también ha sido sindicado en actos irregulares que, por más que hayan sido aclarados, han dejado dudas que le restan la idoneidad para exigir corrección. 

En el MTC, Raúl Pérez Reyes es un profesional con conocimientos, pero nunca se ha caracterizado por su capacidad de ejecución presupuestal. Esta dependencia es una de las que mayor presupuesto cuenta en el Estado, la cifra es del orden de S/ 20,000 millones anuales. Percibo que la ministra saliente, Paola Lazarte, tenía más oficio para liderar la ejecución de obras. 

Hay dos renovaciones de confianza que llaman la atención. Me refiero a los titulares de los Ministerios de Economía y Finanzas (MEF) y Energía y Minas (Minem), ambos de bajo desempeño, aunque los empresarios parecen no tener mayores problemas con ellos, se sienten satisfechos con que los reciban con amabilidad. Parece que han estado carentes de afecto.

En el MEF, Alex Contreras, el “ministro de la recesión” y convertido en el “chef del gabinete” por sus recomendaciones culinarias para reemplazar al limón, ya ha demostrado que no tiene el liderazgo que genera confianza. Ni siquiera en los agentes económicos locales, que no lo critican, pero tampoco apuestan por su entusiasmo y su “punche” 

En el Miem Oscar Vera, convertido en “ministro de la estatización”, le ha dado impulso al favorecimiento indiscriminado a Petroperú, empresa a la que la irresponsabilidad ha llevado a un altísimo endeudamiento y a disminución de su cuota de mercado, del 50% al 27%. A pesar de esto, sigue pretendiéndole dar más encargos. Es la moda retro del gabinete: bienvenidos a los años setenta, ante la vista y paciencia del Gobierno y el Congreso, que parece que se han desentendido del tema. 

En conclusión, no hay nuevos aires en el Gobierno, y menos expectativas de mejorar el desempeño para revertir la situación del crecimiento magro, si es que la buena suerte los acompaña.

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