Ansiedad y depresión, los principales problemas
Por: Manuel Saravia Oliver
En el Día Mundial de la Salud Mental hacemos un llamado a la detección precoz y tratamiento oportuno. Es esencial que se tomen medidas urgentes para que la población pueda acceder a la atención que requiere.
La salud mental de los peruanos está amenazada principalmente por la ansiedad y depresión, ya que estos dos trastornos ocupan los primeros lugares en los servicios de salud.
Cabe resaltar que la depresión y la ansiedad son trastornos incapacitantes que pueden impedir el libre desenvolvimiento normal de la rutina de una persona y afectar así la capacidad de tener una vida plena en los diferentes roles que desarrolla.
Hay que recordar también que el 80% de los suicidios son como consecuencia de un trastorno depresivo que, detectado a tiempo, podría evitar esas lamentables consecuencias.
Por otro lado, la ansiedad influye de manera significativa en el proceso de aprendizaje, así como también cumple un rol protagónico dentro de las somatizaciones, impidiendo la capacidad de disfrute y la calidad de vida.
La ansiedad se vuelve incapacitante afectando diferentes áreas en la vida de una persona: a nivel fisiológico, con palpitaciones, sudoración, enrojecimiento de la piel; a nivel cognitivo, con pensamientos catastróficos; a nivel conductual, haciendo que la gente evite salir por miedo.
En cambio, la depresión aparece con la apatía, irritabilidad, desgano, incapacidad para sentir placer, baja significativa de energía. La persona se siente triste, culpable, con tendencia al aislamiento conforme se va desarrollando y no tiene ganas de vivir.
Necesitamos la implementación de políticas de intervención en los distintos niveles de gobierno, orientadas a atender los casos de estrés y ansiedad, que está trayendo consigo el aumento de violencia en todas sus formas, el acoso escolar o bullying, conflictos en las interrelaciones personales, en la convivencia, en la presencialidad laboral, en el aprendizaje, malestar psicosomático, entre otros problemas.
Requerimos, por lo tanto, más disponibilidad de recursos para las atenciones de salud mental. Las cifras apuntan que solo contamos en promedio con 3 psiquiatras y 10 psicólogos por cada 100 000 habitantes y, en lo que va del año, ya tenemos más de un millón de casos en nuestro país.