Innovación para la inclusión
Por María del Pilar Tello – El Montonero
Hemos vivido meses prolíficos para la innovación frenética y acelerada en las grandes empresas que compiten por ponerse a la vanguardia de la IA, que se anuncia muy poderosa. Quienes la toman en serio llaman a que las herramientas digitales se orienten positivamente a reducir las brechas sociales, en especial las de conectividad y a mejorar la calidad de vida de las personas, en una región tan desigual como América Latina.
Un objetivo común en nuestra región, cuyos países han entrado en crisis, unos más que otros, es recuperar la confianza y la gobernabilidad en la pospandemia. Paola Gálvez y Carlos Santiso traen la encuesta sobre confianza de la OCDE que revela que, en 2021, cuatro de cada diez personas no confiaban en su Gobierno nacional. Imaginamos como será en el Perú que, en simultáneo, lucha contra la pobreza y contra la corrupción que ha debilitado valores e ideales de progreso(*).
Los gobiernos van perdiendo legitimidad y autoridad. La IA podría darles esperanza si buscan fortalecerse para responder a las expectativas con mejores servicios públicos. Los cronistas creen en la innovación pública como fundamental si orienta sus avances a un propósito social. Los Estados tendrían que dejar su actitud de simples espectadores de lo que las grandes tecnológicas del primer mundo deciden. Una innovación pública, asumida por el Estado, puede ayudar en los problemas sociales. Gálvez y Santiso creen que se puede contribuir a reducir las desigualdades y cerrar brechas en economías informales como las latinoamericanas.
Los cronistas aluden al Marco de Evaluación de la Capacidad Innovadora de los Estados, del Observatorio de Innovación Pública de la OCDE, que propone un enfoque sistémico que analiza el propósito, el potencial, la capacidad y el impacto, como factores esenciales para responder a la ciudadanía y lograr resultados con metas de desempeño que generen mejores servicios para la población y garanticen que nadie quede rezagado. Según la OCDE, 17.000 millones de personas no tienen acceso a electricidad y el 58% de los trabajadores tiene un empleo informal en la región. Solo el 25% de los trabajadores tienen acceso a una computadora con Internet en su hogar.
El reporte de la OCDE y la CAF, sobre el uso de IA por el sector público, destaca la importancia de la inclusividad y diversidad en los equipos de desarrolladores para prevenir posibles sesgos. Un enfoque plural en las iniciativas de innovación que aborde género, etnia, raza, posición socioeconómica, orientación sexual, discapacidades. La Declaración de Santo Domingo, en la Cumbre Iberoamericana de marzo, reiteró la necesidad de promover la innovación centrada en las personas para el desarrollo sostenible. Una forma sería el uso de la IA para la distribución de ayuda y beneficios sociales, transformar este proceso mediante algoritmos que identifiquen a los beneficiarios, monitoreen la distribución y provean data para futuras decisiones. Igualmente, crear modelos de turismo sostenible, un sector que perdió muchísimo con la pandemia.
Si la innovación puede transformar vidas es posible aprovechar su potencial. Toca a los gobiernos explorar las posibilidades y dejar de mirar de lejos la revolución tecnológica y su debate de beneficios y riesgos, aprovechando los primeros y minimizando los segundos.
* PAOLA GÁLVEZ Y CARLOS SANTISO Innovación para la inclusión: el camino hacia un futuro sostenible. El País. 10 OCT 2023