El salario justo
Por: Pedro Rodríguez Chirinos – Asociación Rerum novarum. 

Un trabajo sin salario es una forma de robo y un salario sin trabajo es otra forma de robo. Es como una moneda, la cual no puede ser sin un lado, cara o cruz, escudo o sello, según el origen de la moneda. ¿Eso basta?, trabajaste, te pagaron y listo, o se puede hablar de aquello que es justo, el salario justo. 

El salario justo es aquel que permite, después de pagar y gastar en todo aquello que es imprescindible y necesario. Queda algo para poder ahorrar en vista del futuro, para una inversión de un terreno o maquinaria, en fin. Y esta clase de salario no abunda. 

Existen robos de todo tipo, pero, no porque exista un trabajo y un salario se pueda decir que es justo, aclaramos, no porque exista un contrato quiera decir que sea justo. Cuando decimos robo hacemos referencia a decir la verdad. La persona honrada es aquella que dice la verdad. Explicamos, cuando uno se encuentra una billetera en el suelo y no vemos a la persona cercana o lejana a la cual podamos decirle: ¡es suyo…!, justo antes de esas dos palabras, surge la pregunta ¿es mío? y la respuesta es no, por lo tanto, decimos ¿de quién es? Entonces la honrades es decir la verdad. 

En nuestro país, tuvimos una remuneración mínima en el año 2021 de S/. 930 y el valor de la canasta  básica S/. 806. En el 2022 pasa la remuneración a S/. 1,025 mientras la canasta a S/. 1,440. Mientras el mínimo sube 10% la canasta sube 78%.  La pregunta de todo hogar es: ¿alcanza?  Hoy estamos ante una de las remuneraciones vitales más bajas de la región, no solo actual sino desde hace más 10 años. Ahora con la inflación que sabemos es mundial se golpea más aun esa propuesta. 

Durante años nos dijeron que estábamos creciendo, y es cierto si uno ve las cifras macroeconómicas en comparación de la región, pero ese crecimiento sostenido no generado desarrollo. Lo vemos en la calidad de trabajo, de cada 10 trabajadores antes de la pandemia 6 eran en promedio informales. Ahora después de la pandemia de cada 10 trabajadores son 8 en calidad de informales. Mientras en la educación ocupamos los últimos puestos en los exámenes internacionales, citamos el examen Pissa, por ejemplo. En las cuestiones de salud, estamos pésimos con tristemente célebre récord de fallecidos por la pandemia y ahora con otros males como el dengue que campea en la región.      

Todo eso nos lleva a que la esperanza de vida no suba como quisiéramos, pero para las instituciones de jubilación si sube, pero por otros intereses. En resumen, queremos mejorar, pero algo pasa que no ocurre en tantos años. 

En conclusión, no mejoramos porque la economía tiene una relación directa con la política, no puede darse una separada de otra, van de la mano. No puede haber más inversiones si lo político es un desastre como lo que vemos en la actualidad, un congreso deslegitimado, un presidente cuestionado, los partidos no cumplen su labor, son piezas del mosaico de la política de turno sin vistas de servir a su comunidad. 

Todo ello es un caldo de cultivo para soluciones que sean extremas como la montar un tigre y esperar que la cabalgadura no te devore cuando tenga hambre.  

Debemos tener una reforma política pronta y unas elecciones adelantadas, porque la situación se hace cada día menos sostenible y cada día perdemos la oportunidad de ser mejores y hacia adelante, avancemos. 

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