Perú se hizo escuchar en la OEA
Por Antero Flores-Araoz – El Montonero

CORRECCIONES AL SISTEMA INTERAMERICANO DE DD.HH.

Alberto Otárola, presidente del Consejo de Ministros, se presentó –secundado por la canciller y otros altos funcionarios del Estado peruano– en la última reunión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA). Y en conceptuosa y clara exposición, analizó la relación de nuestro país con dicho organismo hemisférico y sus diversos componentes.

La exposición del primer ministro tuvo, a nuestro juicio, cuatro importantes ejes. El primero de ellos fue ratificar ante la comunidad internacional del continente que el actual Gobierno de la señora Boluarte es absolutamente constitucional, proviniendo de la línea sucesoria establecida en nuestra Ley de Leyes. También que el anterior primer mandatario fue vacado con absoluta legalidad por el Congreso de la República, y que está cumpliendo un mandato judicial de detención por el frustrado golpe del 7 de diciembre del 2022 y por los actos de corrupción materia de investigación. El premier Otárola entregó su tarjeta de presentación y lo hizo bien.

El segundo eje de la exposición fue el desarrollo de la visión gubernamental peruana sobre la complicada situación mundial, específicamente la seguridad hemisférica, el cambio climático y, ni qué decir del ansia de un futuro sostenible. Y también la visión sobre nuestra patria, sus carencias, su vocación democrática y respetuosa de los Derechos Humanos; e igualmente sobre los muchísimos baches que hay que sortear y superar para llegar al desarrollo con equidad. Todo ello expuesto con objetividad y sensatez.

En el tercer eje de su disertación, el presidente del Consejo de Ministros destapó el objetivo real y principal de su presencia ante el Consejo Permanente de la OEA, que fue mostrar el enojo, enfado o como quiera llamársele, del Perú por las acciones en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos que son contrarias a los intereses nacionales y al prestigio del Perú; como son admitir denuncias a trámite de terroristas que tanto daño nos han causado y que sin pudor alguno pretenden indemnizaciones. Todo ello gestionado por organizaciones no gubernamentales, que de defensoras de los Derechos Humanos tienen muy poco, aunque sí mucho de sus bolsillos. Este comentario no es del premier, sino del autor de esta columna.

El cuarto eje fue nada menos que la relación del Perú con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, con el que tenemos muchísimos cuestionamientos que han originado que, en el Congreso de la República, se presenten sendas iniciativas legislativas para retirarnos, ya sea total o parcialmente, de él. La posición del Gobierno del Perú coincidió con lo señalado en varias oportunidades por el autor de esta nota; esto es, nada de extremos como son no hacer nada o la opción del retiro. Lo que se planteó fue la necesidad de hacer correctivos. Es decir, hacer la pelea desde adentro, como ya lo hiciéramos con buenos resultados el año 2007.

Para lograr los correctivos en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, el premier Otárola instó a los países miembros de la OEA a reflexionar colectivamente sobre ello, haciendo el respectivo análisis situacional y las medidas a ser adoptadas; pero además convocando a la sociedad civil, a la academia y a los demás interesados, a un diálogo constructivo que ayude a formular las medidas concretas para superar las deficiencias actuales del Sistema.

Bueno pues, el Perú echó el guante y decidió no denunciar la Convención Americana, tema que es de competencia de la presidenta de la República, pero sí plantear correctivos. Ahora toca a la representación peruana en la OEA y a nuestros embajadores en el resto de América efectuar los acercamientos internacionales para que las tesis peruanas dejen de ser unilaterales y se conviertan en colectivas. Hay un duro camino por andar, y tenemos que hacerlo puesto que los peruanos también requerimos en nuestros Derechos Humanos la protección internacional; pero seria, imparcial y sin sesgos ideológicos.

Dejanos un comentario

Your email address will not be published. Required fields are marked with *.