Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

En el segundo año de gobierno del vacado presidente Prof. Pedro Castillo, se desató la crisis de conducción de la institución presidencial, por hechos, como: convirtieron, ilegalmente, la casa de Sarratea en Despacho Presidencial; encontraron veinte mil dólares en los servicios higiénicos de la Secretaría General de la Presidencia de la República; la criminal existencia del gabinete de asesores en la sombra; las coimas de veinte mil dólares de oficiales de la Policía Nacional del Perú, para ascender al grado de General de la PNP; la condición de prófugos de la justicia, de parientes de Pedro Castillo, involucrados en actos de corrupción; etc.

Francisco Sagasti, apareció al año de haber dejado la Presidencia de la República, proponiendo adelanto de elecciones y presentando a un juvenil grupo denominado “coalición ciudadana”, haciendo, entre otros, los siguientes planteamientos: 

1.- Mandato presidencial de cuatro años. 2.- Renovación parcial del Congreso. Y. 3.- Segunda vuelta con cuatro más votados. 

Mandato presidencial de cuatro años. La Constitución de 1856 y Constitución 1860, establecieron el período presidencial en cuatro años. Es decir, la propuesta de la coalición ciudadana, no es nueva, ya se practicó en el siglo XIX; la Carta Política de 1933, lo reguló en seis. Desde la Constitución de 1979 recogida en la de 1993, es de cinco años.

Renovación parcial del Congreso. Establecieron la renovación del Congreso por partes y cada cierto tiempo, las Constituciones de 1823 (art. 55); 1826 (arts. 44; 48); 1828 (arts. 23; 33); 1834 (art. 50); 1839 (art. 22); 1856 (art. 53); 1860 (art. 57); 1867 (art.57). Así que no es novedad la propuesta de renovación parcial del Parlamento, ello ya se dio hasta la Constitución de 1867.

En la exposición de motivos del Anteproyecto de Constitución de 1931, elaborada por la Comisión Villarán, se lee: Antes “Cada dos años se elegía un tercio de la Cámara. El presidente de la República era elegido por un período de cuatro años. Los defectos de este plan quedaron evidenciados por la experiencia, y la Constitución de 1920 intentó corregirlos. Abolió la renovación de la Cámara por tercios e igualó el período de la Cámara y del presidente, fijándolo en cinco años. Ambos debían empezar y concluir su mandato simultáneamente”. (pág. 41). Añaden: “Renovar por fracciones la Cámara de Diputados es privar al electorado de la oportunidad, que periódicamente debe dársele, para que en gran comicio nacional dirima las contiendas entre los partidos, sus programas y sus hombres, para que les conceda o les retire su confianza y para que, apreciando en su conjunto la situación del país, apruebe o modifique el rumbo general de la política”. (págs. 41 y 42); proponen: “La renovación parcial está bien para el Senado, pero aplicada a la Cámara de Diputados, es una práctica anticuada y antidemocrática”. (pág. 42); insisten: “Repetimos que para conjurar el peligro de la lucha crónica entre los dos principales poderes del Estado, el predominio de un partido en uno y del partido adverso en el otro, conviene asegurar el sincronismo de las elecciones presidencial y congresional”. (pág. 43). Conclusión: la renovación parcial congresal ha fracasado, propicia el enfrentamiento e impide la estabilidad política base del desarrollo nacional.   

Segunda vuelta con cuatro más votados. La Constitución de 1933, dispuso la elección del presidente de la República con un tercio de votación; si ningún candidato lo obtenía, pasaban a segunda vuelta electoral, los tres candidatos más votados; dicha segunda vuelta, se realizaba en el Congreso de la República. Tampoco es nueva la propuesta de la coalición ciudadana.

Plagio de la coalición ciudadana. Lo deshonesto es que, la coalición ciudadana, no menciona, que tales propuestas ya estuvieron en anteriores cartas políticas y fueron puestas en práctica y todas fracasaron. Esto es una especie de plagio de anteriores cartas políticas. Lo grave es que, no han estudiado las causas de dichos fracasos ni explican por qué ahora no fracasarían. 

Invocamos al expresidente Francisco Sagasti y coalicionistas, sean honestos, no plagien ni engañen al pueblo peruano.