«Si el próximo año seestabiliza el temapolítico la economíapuede recuperarse”

Por Jorge Turpo Rivas

A sus 78 años, Jorge Rodríguez Rodríguez, uno de los hombres más ricos del país, analiza la situación económica y recuerda parte de su historia empresarial que surgió en Arequipa hace cincuenta años.

ENTREVISTA EXCLUSIVA AL FUNDADOR Y ACCIONISTA DEL GRUPO GLORIA

La fortuna de Jorge Rodríguez Rodríguez, presidente ejecutivo del Grupo Gloria, se calcula en 1300 millones de dólares. Tardaría 108 años en gastar su dinero a razón de un millón de dólares al mes. Esta semana regresó a su ciudad natal para participar del aniversario de la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa.

Junto a su hermano, Vito, fallecido el año pasado, forjaron un imperio empresarial que ocupa cuatro importantes sectores de la economía: alimentos, básicamente con productos lácteos. Materiales de construcción, cemento y cal para la minería. Agroindustria, caña de azúcar y agroexportación. Rubro de papeles y cartones, y adicionalmente una empresa que se encarga de la logística de todos los materiales y productos de la organización.

En la siguiente entrevista, Jorge Rodríguez, ingeniero industrial de profesión y con especialidad en Gran Bretaña en industrias alimentarias, analiza la coyuntura económica del país y recuerda momentos importantes de sus cincuenta años como empresario.

Leí por ahí que usted subió al Misti ¿Miró alguna posibilidad de negocio desde la cumbre?

–(Sonríe) Fue parte de mi gestión como persona, fue para forjar el temple, el carácter. Desde el colegio tenía la inquietud de subir al Misti y lo hice bastante mayor, con algunos problemas de salud, pero fue como para probarme a mí mismo. Tuve un problema cardiaco y después de eso me dije: voy a subir al Misti y lo hice. La cumbre es una cosa que es impresionante, sólo se puede describir como un sueño, no solamente es el paisaje, la profundidad de la visión, sino va más allá, llega al cerebro, nuestras neuronas lo procesan y generan cierto tipo de energías eléctricas que hacen que la persona adquiera una definición de su futuro, de lo que quiere ser y hacer.

Hablemos del futuro cercano entonces. Vivimos un momento difícil con la recesión económica. El Grupo Gloria creció 4.2% el 2021 y 4.5% el 2022 ¿Cómo les irá este año?

–Financieramente vamos bien, pero somos un grupo de empresas que están con las cifras del país. Vamos a tener un decrecimiento en nuestras ventas, estamos tratando de mantener nuestra rentabilidad. Este es un bache en la economía, pero ya estamos preparados para este tipo de situaciones económicas que no la generamos nosotros, sino varios factores externos como la pandemia, la incomprensión de nuestras autoridades, pero creo que se aprende bastante. Estas situaciones de crisis nos hacen más duros, nos hacen recapitular el futuro. Uno es optimista, pero estas situaciones nos corrigen en cifras y números.

Uno de los sectores en los que se desarrolla el Grupo Gloria es en la elaboración de productos lácteos.

¿Este año crecerán menos del 4%?

–Sí, en el Perú tenemos una restricción de inversiones por la misma situación del país y tenemos a la mayoría de nuestros negocios que han disminuido sus volúmenes de venta, estamos tratando de que la rentabilidad no se afecte haciendo recortes en los costos, en las inversiones que a veces quitan recursos. Pero en términos generales somos optimistas, lo vemos como parte de la evolución de los países, no todo puede ser hacía arriba.

El Grupo Gloria también está en el sector construcción ¿este año también caerán las ganancias en ese rubro?

–Sí, estos dos últimos años han sido bastante complicados para la construcción. Nosotros teníamos planes bien agresivos que hemos tenido que postergarlos. La construcción es el reflejo de la economía y la política, porque buena parte de la actividad son obras públicas, infraestructura de la cual tenemos un retraso muy significativo, nos faltan carreteras, hospitales, colegios, que ojalá con el tiempo los consigamos.

¿La incertidumbre política ha generado que ustedes como grupo saquen parte de sus capitales para invertirlo en otros países?

–Ahí hay una pregunta bien interesante, generalmente se puede interpretar que nosotros utilizamos recursos internos, peruanos, para invertir fuera del Perú. En parte es cierto, algunos recursos, pero los económicos son los mínimos, quizás el recurso humano el tiempo que le dedicamos, la gestión que hacemos, esos sí son recursos que nos permiten poder conseguir inversiones fuera, en otros países.

¿Hay una receta para que el 2024 nos vaya mejor?

–Creo que la receta es no perder el optimismo, seguir trabajando. Este año todavía seguimos viviendo lo que nos dejó la pandemia. Pero hay algo importante: si el próximo año se estabiliza el tema político, creemos que la economía puede recuperarse y superar lo de los años anteriores.

¿Ustedes invirtieron en otros países, comparativamente, es cierto que es mucho más difícil invertir en el Perú por toda la tramitología?

–He sido testigo de algunos emprendimientos, por ejemplo: en energía fotovoltaica estamos seis años aquí en Arequipa y todavía no tenemos la licencia. Me comentan algunos colegas que la tramitología les dura cinco años y la ejecución un año, creemos que es un atraso para el país esa tramitología. No hay mucho que cuestionar porque si uno trae un copy-page de una planta fotovoltaica de Chile u otros países, ellos ya hicieron ese trámite, aquí se podría aplicar.

Hay una brecha en la igualdad de oportunidades en nuestro país, por ejemplo, un chico que estudia en el Markham de Lima está en amplia ventaja sobre uno que estudia en un colegio nacional del distrito de Yura, pero algunos dicen: El pobre es pobre porque quiere ¿Qué opina de esa frase?

–Creo que algo tiene de cierto, no es una norma o una regla, pero algo tiene de cierto, porque por el mismo ambiente que está un pobre se ve pobre y dar el salto es bien difícil, por falta de recursos, por falta de iniciativa, por el propio ambiente y se queda. Lo envuelve el ambiente. Lo importante es romper todo esto. Nosotros, por ejemplo, como familia tomamos una decisión bien importante, recuerdo que con mis hermanos terminamos el colegio y ellos querían estudiar ingeniería y acá sólo había geología. Mis tres hermanos se fueron a Lima. Mi hermano mayor a la Fuerza Aérea, el otro fue a la UNI y mi hermana a estudiar pedagogía en San Pedro, un internado. Y yo también me fui a la UNI. Pero es una función del Estado dar esa igualdad de oportunidades.

¿La riqueza está mal distribuida en el Perú? ¿Los millonarios deberían pagar más impuestos?

–Los impuestos es lo que la sociedad pide a los diferentes miembros para colaborar en el ejercicio de un país. El Estado tiene que hacer esa redistribución. El impuesto no es malo si se utiliza bien, es malo si se despilfarra. No quiero criticar a los políticos porque cada uno es responsable de sus actos.

¿El Grupo Gloria tributa en Lima o Arequipa?

–Tributamos en Lima.

Siendo una empresa arequipeña se fueron a Lima.

–Es que ya la globalización llega acá también, nosotros mudamos nuestra planta de leche a Lima por condiciones de eficiencia, de mercado, de puerto, exportación e importaciones, condiciones para desarrollar el negocio. Después hemos vuelto acá y tenemos tres líneas que producen para el sur del Perú, Bolivia y Chile.

Cuando se junta con amigos empresarios de otros países ¿Cómo los intenta convencer para que inviertan en el Perú?

–Diciéndoles, mira nuestro ejemplo, nosotros invertimos y nos ha ido bien. Si tienes capacidad de invertir, te recomiendo estos sectores. Lo hemos hecho con varios amigos, sobre todo de Centro América, se han comprado laboratorios, otro hizo inversiones en agroindustria.

Parafraseando al personaje de una novela de Mario Vargas Llosa ¿En qué momento se jodió el Perú?

–Creo que hubo varios momentos, no fue uno sólo. La época del populismo de Velasco Alvarado, el terrorismo de Abimael Guzmán y algunos malos políticos.

¿Los empresarios que entran a financiar campañas políticas lo hacen por convicción o por intereses particulares?

–Creo que tratan de ser consecuentes con su forma de pensar, con su forma de ver el futuro, con su forma de cómo quieren ver al Perú. Ven alternativas y una de las formas es apoyar al político que cree que piensa como uno, que va actuar como uno, que tiene algunas ideas comunes. Si tienes recursos y la ley lo permite, lo haces. Ahora está bien restringido, ya no se puede hacer y creo que es bueno.

¿En el Perú se gobierna o se manda?

–Se manda, y es algo como natural. El gobierno es un tema muy diferente donde se entiende que participan la mayor cantidad de opiniones. Acá no, acá dependemos sólo de algunos sectores.

¿La CONFIEP gobierna el Perú?

–No, yo no creo. La CONFIEP es la que menos puede gobernar, no tiene la autoridad ni para decirle a un policía: tú tienes que ser un ejemplo de ciudadano.

Pero tiene el poder del dinero.

–Pero es relativo ¿El poder a quién, al consumidor?

A los políticos, los empresarios financian campañas.

–A los políticos tampoco, yo he conocido amigos que han apoyado y votado por un político y el político ha sido el primero en darles las espaldas.

¿Desde el sector empresarial hay algún mea culpa, alguna reflexión después de casos de corrupción que involucraron a empresas privadas como Odebrecht o el Club de la Construcción?

–Creo que es un buen aprendizaje de que tenemos que ser muy cuidadosos cuando hacemos proyectos de esta naturaleza. Corregir este tipo de desviaciones que puede haber, es importante para la credibilidad, es lo que más vale, el nombre de la empresa, el nombre de la familia, el nombre de las autoridades. En un país que es transparente en su forma de generar contratos, donde hay estabilidad jurídica, donde hay libertad de empresa, de prensa, donde todas las libertades se cumplen, las inversiones van a venir.

¿El dinero corrompe?

–En ciertas oportunidades sí. Depende de la persona, de la crianza como decimos aquí.

¿En Arequipa tienen una cartera de proyectos para impulsar a través de obras por impuestos?

–Estamos con bastantes proyectos, hemos participado en varios antes. Ahora tenemos en cartera el colegio emblemático “Arequipa” en sociedad con otras empresas. Hemos tenido varias obras por impuestos. Lamentablemente tuvimos una mala experiencia en el norte, como usted sabe, tenemos buenas inversiones en el norte del país y en un distrito de Trujillo hicimos todo el alcantarillado y el agua potable, pero hace cinco años que no nos reconocen la obra. La están utilizando, pero no pagan. Bueno, en este valle del Señor hay de todo.

La fábrica de Cemento Yura es parte del grupo empresarial de propiedad de la familia Rodríguez.

En Arequipa hubo algunos empresarios como Ulrich Neisser que ingresaron a la política, como un buen vecino que quiere servir a su ciudad ¿En algún momento usted pensó entrar en la política activa?

–No, muchas gracias. Soy de formación ingeniero y mi esquema mental está orientado a resultados, a gestión, eficiencia, a cálculos, pero la política nunca ha sido un atractivo.

¿Dónde reside el poder, en el dinero, en la política, en la Iglesia o en las Fuerzas Armadas?

–Hay diferentes teorías acerca del poder, porque uno puede tener poder en su casa, pero sale de ahí y es un transeúnte más. El tema económico te da ciertas facilidades, pero no es todo. Yo creo que el verdadero poder, el que busca generar desarrollo, es la combinación de poderes: del dinero, de lo político, pero, sobre todo, del conocimiento, entre más conozca uno, más poder va a tener.

¿Qué mal aqueja al Perú, qué cree que no tiene remedio?

–Yo estoy en la actividad privada desde chico, mi padre nos llevaba a ver su gestión de trabajo. He pasado por muchas crisis de todo tipo: superinflación, terrorismo, delincuencia. Hemos pasado por todas estas etapas, pero yo creo que el principal problema que tenemos es que no nos ponemos de acuerdo políticamente.

¿En algún momento de dificultad pensaron en irse o trasladar su centro de operaciones a otro país?

–No, pero con Pedro Castillo (expresidente) mi hermano dijo algo de eso.

¿Entonces sí se pensó?

–Fue más una idea, y no sólo de mi hermano, sino de varios amigos empresarios. Y la prueba es que en ese tiempo se sacaron más de 20 mil millones de dólares del país en meses.

¿Ustedes también decidieron sacar su dinero?

–No, no. Las inversiones que hacemos afuera es algo netamente económico, no se guía por susceptibilidades. Pensamos que acá hemos nacido y acá tenemos que morir.

¿El Perú tiene remedio?

–La solución tenemos que darla todos los peruanos, o sea que cada uno trate de entender la realidad y actuar de acuerdo a sus principios.

¿Qué consejo financiero fue el que le marcó la vida?

–Después de cerca de 50 años de actividad empresarial, los voy a cumplir el próximo año, creo que ha sido analizar las realidades con mucho optimismo y a veces con agresividad. Cuando había un proyecto, lo que menos me preocupaba era el financiamiento, lo que me interesaba era la bondad del proyecto, la facilidad de ejecución y la consecuencia de los resultados. Pero paralelamente también había que buscar proyectos líquidos, es decir los que generaban caja.

¿En estos cincuenta años de empresario, se arrepiente usted de algo?

–No, pero puedo tener, digamos, algunas insatisfacciones por algo que debimos hacer y no lo hicimos o algo en lo que no fuimos lo suficientemente agresivos a pesar de que siempre lo somos en los negocios, pero hubo algunos proyectos en los que nos quedamos.

¿Fracasos empresariales?

–Hemos tenido amargas experiencias en inversiones en el sector financiero, en la distribución eléctrica, en la minería, en el aspecto de golosinas que no fueron exitosos.

Hay mucho emprendimiento, sobre todo, de jóvenes que aprovechan la tecnología para iniciar un negocio ¿Qué consejo les daría?

–La Juventud es la edad en que uno ve todo color de rosa y evalúas las posibilidades de desarrollar, de ser diferente, de progresar. Yo les recomiendo a los jóvenes que piensen en lo que puedan hacer, no en lo que van hacer. Tener un plan, un diseño de su gestión en el futuro. Yo les digo a toda la gente que trabaja conmigo: lo más barato es el papel y un lápiz, ahí hagan y escriban todos sus planes, lo que deseen. Y quizás una calculadora, y quienes pueden en una hoja de cálculo. Eso es lo que hay que hacer y en base a eso desarrollar las inquietudes que uno tenga.

¿Usted se ha podido adaptar a la tecnología?

–La tecnología es lo que va a generar el desarrollo de la sociedad, el resto es cuento. Libre mercado, democracia, todo lo que la sociedad necesita para progresar será mucho más rápido con el apoyo de la tecnología. La revolución industrial se demoró 200 años, ahora con la tecnología todo será muy rápido para cambiar situaciones. Y hay empresas que están dejando de operar porque la tecnología de la competencia los sacó del mercado, como el caso de Nokia. Si nosotros no aplicamos tecnología, nos vamos a quedar rezagados y es grave porque los vecinos vienen con todo.

¿Qué disfruta más en este momento de su vida?

–Leer, conversar con la gente sobre las experiencias, tratar de influenciar en algunos temas. Mi hijo ahora está frente al negocio. Tuvimos la mala fortuna de que nuestro hermano (Vito) falleció el año pasado, estamos superando esa ausencia.

¿Qué libros suele tener en su mesa de noche?

–Libros de temas de actualidad, me gustan lecturas sobre cómo hemos evolucionado, como seres y como sociedad. A Harari lo he tenido como libro de cabecera varios años. (Yuval Noah Harari, historiador y escritor israelí, autor de “Sapiens, de animales a dioses”)

¿Siempre que regresa a Arequipa, qué plato no deja de probar?

–Por temas de edad uno tiene que restringir su dieta, pero Arequipa tiene una cultura culinaria fantástica. El chupe de camarones, el caldo blanco, eso no hay en otros sitios.

¿Cómo se cuida, hizo mucho deporte en su juventud?

–He cumplido 78 años la semana pasada. Hice bastante ciclismo, dimos la vuelta al Chachani y la ruta Lluta, Lluclla, Yura hasta bajar por Majes, a las diez de la noche llegamos al Alto Siguas.

¿Qué significa para usted será arequipeño?

–Es una gran cosa haber nacido al pie del volcán. Hay como una fuerza telúrica, a pesar de que es hablar un poco esotéricamente, pero yo creo que sí influye. Aquí hay una fibra de inquietud y cultura muy fuerte.

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