El amiguismo dañino

Por: Carlos Meneses

Cuando un funcionario público tiene que nombrar colaboradores inmediatos, la obligación es de vigilar su comportamiento y sus bondades para hacer buena gestión.

El ministro del Interior, Víctor Torres atribuyó a gestos amicales el que jefes de la Policía Nacional del Perú (PNP) hubieran ocupado cargos que no, necesariamente, evidenciaron entrega por la institución tutelar y advirtió que el amiguismo que se practica en Perú, en todas las esferas y en todos los tiempos incluso desde antes de la Independencia, es un mal que hace daño a todo lo que permite su presencia.

Es natural que cuando un funcionario público de nivel asume responsabilidades en la conducción de un organismo llame a colaborar con él a gente que conoce y con la que ha vivido experiencias interesantes o consideradas favorables, no para fortalecer amistad sino para bien servir a los destinos institucionales de los peruanos.

Así las cosas, se pueden ver casos similares en los ministerios o también en las jefaturas regionales, en los municipios provinciales y en los distritales. El resultado en todos los casos es poco favorable porque por tener de jefe a un amigo que extiende la mano para recibir ayuda se termina sirviendo otros intereses.

Ahí está el origen, según el ministro del Interior de los males que se advierten en la administración pública y va a ser muy difícil desprenderse de ellos sino hacemos evaluaciones constantes sobre las bondades del trabajo que realicen y al parecer en la PNP cuando se decide el pase a retiro de 322 oficiales desde generales hasta comandantes se apreciará el porqué está como se encuentra la institución encargada del cuidado de la seguridad ciudadana.

El amiguismo definitivamente es dañino y es tiempo prudente de ponerle un paralé a lo que ha sido malo durante muchos años.

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