¿Es más relevante el uso de la fuerza que la diplomacia y el comercio?

ENTRE LA GUERRA Y EL COMERCIO

Por Berit Knudsen

El filósofo y político francés Benjamin Constant (1767-1830), estudió la evolución del concepto de libertad política desde la antigüedad, centrada en actividades directas en asuntos del gobierno en ciudades como Atenas, hasta la libertad de los modernos, enfocada en la protección de los derechos individuales, limitando el poder estatal. Así, Constant aborda la libertad política individual como facultad de participar en temas políticos, sin perder nuestras libertades individuales esenciales.

En su obra De la libertad de los antiguos comparada con la de los modernos (1819) argumenta que la libertad individual en la era moderna es fundamentalmente diferente de la libertad en la antigüedad, “La libertad individual, repito, es la verdadera libertad moderna. La libertad política es su garantía. Por consiguiente, la libertad política es indispensable. Pero pedir a los pueblos de nuestros días sacrificar, como lo hicieron los de otros tiempos, la totalidad de su libertad individual a favor de la libertad política es el medio más seguro para privarlos de la primera y, cuando eso se haya logrado, no se tardará en arrancarles la segunda.” Su análisis sobre las libertades, de los antiguos y en tiempos modernos a inicios del siglo XIX demuestra la constante evolución de una libertad cuya concepción no es estática sino dinámica, influenciada por contextos históricos y culturales.

Pero Constant también afirmaba que “La guerra es anterior al comercio, ya que la guerra y el comercio son sólo dos maneras diferentes para lograr el mismo objetivo: poseer lo que uno desea. El comercio no es sino una ofrenda a la fuerza del poseedor por parte del aspirante a la posesión. Es un intento de obtener por las buenas lo que no se espera ya conquistar por la violencia.”

Tal vez exista una conexión potencial entre la defensa de la libertad individual, la preferencia por el comercio y la forma en que algunos gobiernos autoritarios pueden recurrir a la fuerza militar en nuestros días, relacionada con la forma de abordar los deseos individuales y la posesión de recursos en diferentes sistemas políticos.

Constant abogaba por el comercio como alternativa menos violenta y civilizada para obtener lo que se desea con acuerdos voluntarios, interacciones pacíficas y resolución de disputas a través de negociaciones y contratos. Respalda la libertad individual al sugerir que las personas pueden buscar la posesión y satisfacción de sus deseos con intercambios voluntarios y relaciones comerciales sin recurrir a la guerra.

Los gobiernos, especialmente los autoritarios, parecen ver en las prácticas militares el medio para consolidar el poder y lograr objetivos internos o externos. Convierten a la diplomacia y el comercio en instrumentos secundarios, menos relevantes que el uso de la fuerza. Sugieren una menor valoración por transacciones pacíficas y acuerdos mutuos en comparación con la imposición por medios violentos o amenazas militares. Ejemplos de ello son los conflictos entre Rusia y Ucrania, Hamas en Gaza contra Israel, Irán y la guerra proxy en Medio Oriente, China amenazando a Taiwán, Corea del Norte enfrentando a Corea del Sur y Venezuela amenazando con recuperar la Guyana del Esequibo para evitar elecciones en 2024.

La relación entre la defensa de la libertad individual, preferencia por el comercio y propensión a la guerra puede ser entendida a través de cómo diferentes sistemas políticos abordan la posesión de recursos para satisfacer sus deseos, eligiendo entre interacciones pacíficas o imposiciones coercitivas. La visión de Constant, aunque actualmente pareciera ilusoria, nos recuerda la importancia de la libertad como medio para alcanzar objetivos con negociaciones que preserven la Paz.

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