Por: Carlos Meneses

Encima de todos los males sufridos por los usuarios del agua potable debe agregarse el que también tienen los agricultores que vieron los accesos de agua a sus cultivos afectados por arena y piedras.

Con retraso los agricultores de Arequipa han revelado que durante el tiempo en que los arequipeños sufrieron el corte de agua potable, cerca de 3 mil trabajadores del campo quedaron sin poder regar sus cultivos por el arenamiento que se produjo en los ingresos de las bocatomas ubicadas en el río Chili.

El daño no ha sido recuperado, pues hay lugares que siguen afectados y que tienen agua a medias. Una vez más se refleja la ausencia de cuidados, en unos casos Egasa y en otros Sedapar son responsables de no haber tomado las medidas adecuadas para proteger a un millón de habitantes que viven en Arequipa, ciudad capital.

Las investigaciones para determinar responsabilidades no terminan y por el contrario, Sedapar recién comunica que ha sido autorizada a elevar las tarifas de abastecimiento a sectores residenciales y comerciales que reciben agua de las plantas de La Tomilla y De La Cuba Ibarra, es decir todos aquellos que tiene un consumo habitual que supera un mínimo determinado.

Insistimos en que la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) es el organismo llamado a imponer sanciones y también lo debe ser el ente regulador de agua potable, la Sunass.

Debe establecerse un régimen que signifique un cambio en el directorio de Sedapar y la adopción de medidas adecuadas que corresponden realizar a Egasa y a todos aquellos que son culpables o responsables de no haber evitado que la ciudad viva casi una semana sin agua.