Ideas para el Plan Lector

Por Willard Díaz

Ahora que empieza un nuevo año académico para miles de estudiantes y profesores de la región, se vuelve a plantear el problema del obligado Plan Lector. No es un problema pequeño: hay miles de soles de por medio, se juega la formación de un hábito de lectura fundamental para el futuro profesional de una nueva generación, cada libro recomendado introduce un conjunto de valores y modifica la subjetividad del estudiante respecto a su familia, sus compañeros, su región. A la espera de que se analice seriamente el problema por parte de las autoridades educativas regionales, aquí nos permitimos cuatro consejos de sentido común elemental a profesores y profesoras al mando.

1ro. No pida lo que no ha leído

Muchos profesores piden a sus alumnos libros que ellos mismos no han leído, no han estudiado. Los alumnos son muy rápidos para advertirlo. Produce un efecto imborrable: “Me recomienda leer algo que él no ha leído, por lo tanto, no cree en lo que me recomienda, por lo tanto no debe ser tan bueno como dice”.

Hay una anécdota. En un colegio parroquial una profesora pide a las alumnas que hagan un resumen del libro del mes. Es mucho trabajo para ellas, pero lo hacen. Advierten que la profesora califica los resúmenes con una nota regular, casi la misma para todas; sospechan que no lee los resúmenes y experimentan: leen el comenzó y el final y solo eso resumen, el resto lo inventan. Las notas siguen igual. Copian los resúmenes de internet y las notas siguen igual. Inventan resúmenes, y las notas no varían. Las jóvenes se divierten con la anécdota en los pasillos.

Los alumnos, quizá no todos pero algunos, quieren conversar sobre el libro con el profesor, tienen dudas, curiosidad. El profesor posterga indefinidamente esa conversación o se va por las ramas. El profesor lee los resúmenes de internet, en la conversación ignora los detalles, queda su plagio al descubierto.

Aquí, en Arequipa, el profesor Eugenio Coseriu décadas atrás dijo a modo de conclusión de un Congreso sobre Literatura y Lenguaje: “El profesor debe saberlo todo sobre el libro, no tiene que decirlo todo en clase pero no infundirá confianza sobre el saber si no es capaz de hablar del libro con autoridad y con pasión”.

2do. No pida libros caros

El Plan Lector mínimo debe incluir por lo menos tres libros al año; a veinte o treinta soles por libro hacen un monto que para la mayoría es oneroso. Hay colegios que asociados con las editoriales prohíben fotocopias. Hay profesores que reciben regalías por los libros comprados por los alumnos.

El Derecho de Autoría caduca en la mayoría de países a los cincuenta años de la muerte del autor, después pasan al dominio público; en Perú según el Decreto-Ley sobre Derechos de Autor de 1996 vigente, caducan a los setenta años. Miles de libros del canon occidental son propiedad de todos: los griegos y latinos, toda la gran literatura europea desde el Renacimiento, la novela, la poesía y el cuento del Realismo y el Romanticismo europeo y americano (Flaubert, Balzac, Poe, Cervantes, Maupassant, Dostoievski, Turgenev, los poetas clásicos, Góngora y Quevedo, Lope, Garcilaso, etc.), la literatura entera escrita hasta antes de 1953 es propiedad del género humano.

En el mercado hay libros de cinco y diez soles, el Gobierno Regional ha distribuido hace años la Biblioteca Infantil y Juvenil, hay ejemplares en casi todas las bibliotecas escolares públicas; las Afapas pueden sacrificar un par de gastos y aportar libros a las Bibliotecas.

3ro. No pida libros de Autoayuda

El más elemental criterio literario le dirá que los libros de autoayuda están mal escritos, casi todos, pero además divulgan criterios individualistas extremos bajo la máscara lírica del “Cumple tu sueño”. No los censure, deje que los estudiantes los encuentren y los lean por sí solos si lo quieren, pero no los obligue a leerlos.

Sin la llamada “Autoayuda” hay miles de títulos mejores que han probado su valía casi universal; no siga la moda Coelho o Castañeda. Cuando en la universidad les pedimos a los estudiantes que nos den la lista de sus diez libros preferidos, nos dan cinco títulos de autoayuda: no han leído Arguedas, Vallejo o Neruda pero sí “¿Quién se ha comido mi queso?” o “El alquimista”.

En Arequipa casi nadie ha leído a los buenos autores arequipeños: María Nieves y Bustamante, Alberto Hidalgo, César Atahualpa Rodríguez, Guillermo Mercado, Augusto Morales, José Ruiz Rosas, Aníbal Portocarrero, Mario Vargas Llosa, Oswaldo Chanove, Carlos Herrera, César y Zoila Vega, y muchos más. No porque sean arequipeños son menospreciables.

4to. Use las antologías del MINEDU

En 2015 el Ministerio de Educación del Perú publicó un conjunto maravilloso de libros, bajo la Dirección General de Educación Básica Regular y la Dirección de Educación Secundaria, elaborados por especialistas en Literatura. Son las Antologías literarias en cinco tomos, que van de primero a quinto de secundaria.

Puede hallarlas con cualquier buscador en Internet. Están en el Repositorio MINEDU / Publicaciones del Ministerio de Educación / Libros; y en varias otras direcciones.

Tienen poesía, cuento, ensayo, leyendas, tradición oral, nacionales e internacionales. La selección artística es muy buena, y además amena, didáctica, trae cuestionarios y datos complementarios. Hay también una guía para el profesor. Y es gratis.

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