Hubo chances para sacar ventaja, pero no fueron aprovechadas. Por momentos sin idea de juego, el equipo «Rojinegro» solo pudo empatar ante Comerciantes Unidos. Pablo de Muner el borde de la destitución.

Es una historia que se repite. El FBC Melgar tiene chances de anotar en los arcos rivales, pero no hay capacidad de definir bien. Ayer dominó el partido, mereció más, pero sin goles la campaña sigue siendo pobre y mantiene al comando técnico al borde de la destitución. Fue empate de 0-0 ante Comerciantes Unidos, solo un punto que lo mantiene de media tabla para abajo.

Es un equipo muy previsible, se sabe como juega, al desorden, a la fortuna, si es que llega el gol en buena hora, si es que no, habrá otra vez lamento. No hay una brújula de juego o un patrón para seguir y vulnerar los arcos rivales. A pesar de eso hay llegada al área rival y con peligro. Lo que preocupa es que las chances claras de gol no se aprovechan, se suma también que los porteros que tienen al frente casi siempre están en una buena racha.

Ayer fue un exMelgar, Diego Campos, quien atajó de todo. Se hizo figura del compromiso para salvar a su equipo de una segunda derrota consecutiva. A la imprecisión que tienen los jugadores de Melgar se sumó una buena tarde del guardameta local.

El remate de Arias con golpe de cabeza, el remate de Bordacahar, otro disparo de Blando, patada de Cuesta, solo quedan en casi, casi gol. La ocasiones que se desperdician permiten que haya reacción del rival, en este caso, Comerciantes, a pesar de ser local fue dominado, pero no vencido, en el primer tiempo. Solo algunos contragolpes inquietaron a los melgarianos en la primera etapa.

Con el ingreso de Cabrera y Reyna se ganó en fútbol y en ataque, sin embargo, aunque suene reiterativo, los partidos se ganan con goles y no solo buenas intenciones. Reyna volvió al equipo después de varios meses por un grave lesión en la rodilla. Alarmó verlo chocar otra vez con un rival y quedar tendido en el césped. Felizmente el jugador, que aportó bastante por la banda izquierda, terminó el compromiso de pie y con proyecciones de ataque interesantes.

Preocupa el bajísimo nivel que muestra Pablo Lavandeira, si sus compañeros que ingresaron en el segundo tiempo aportaron al juego su presencia solo restó. Se le ve lento, desubicado e impreciso a la hora de dar pase al compañero. Ayer hubo ganas de triunfo, pero no ideas que puedan combinar cuatro pases que terminen en gol.

Melgar no sabe ganar de visita, cuando lo hizo de local fue con las justas. La campaña invita a que la directiva empiece a tomar decisiones radicales, de lo contrario no se peleará la baja, pero si se alejará la posibilidad de campeonar o de, por lo menos, clasificar a un torneo internacional el 2025.