CONVIVENCIA DE CLASES, ETNIAS, CULTURAS Y GÉNEROS

Por: Edgard Norberto “Beto” Lajo Paredes

En toda la historia de la humanidad ha habido conflictos, de ahí los enfrentamientos entre grupos de hordas, tribales, pueblos, países, y conjunto de naciones, recordemos las guerras mundiales primera y segunda del siglo XX; pugnas motivadas por tener poder sobre los demás, apropiarse de tierras, hacerse de bienes, acumular recursos naturales, hasta de hombres para esclavitud, territorios (colonialismo) para acrecentar dominio, mercados (imperialismo) para colocación de capitales y productos manufacturados. Terminando la pasada centuria en la “guerra fría”, entre bandos ideológicos: capitalismo, liderado por Estados Unidos (EE.UU), y comunismo, capitaneado por la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS); los mismos se repartieron el mundo, recíprocamente se contrapesaban, fue la etapa del mundo bipolar.

“¿Qué es lucha de clases para Karl Marx? En su visión, esta lucha era por apropiarse de los medios de producción, secuestrados por la propiedad privada y la burguesía para poder explotar a la clase trabajadora y mantener un status de vida privilegiada, a costa del esfuerzo de la mayoría empobrecida” (Internet). Asimismo, “creía que el conflicto de clases presente en cualquier etapa conduciría necesariamente a la lucha de clases y, eventualmente, al final de esa etapa y al inicio de la siguiente. El feudalismo terminó con la lucha de clases entre sirvientes y señores, y dio lugar a una nueva etapa, el capitalismo”.

El gran revolucionario Lenin, quiso convertir la primera guerra mundial entre naciones, en guerra de clases: proletarios contra burgueses, sin resultados. En los gobiernos de sus pueblos-continentes, John F. Kennedy y Nikita Kruschev, establecieron la “coexistencia pacífica”; luego, la Organización de Naciones Unidas (ONU), impulsa la política del diálogo para la superación de enfrentamientos; lo cual está en cuestión, por las guerras de Rusia con Ucrania e Israel con Hamás, en la franja de Gaza.

La lucha de razas, cuyo exponente diabólico fue Adolfo Hitler, acabó en la sangrienta, cruel e irracional Segunda Guerra Mundial: no podemos negar, aún se dan brotes de racismo, en ámbitos privados (derecho de reserva de admisión de algunos establecimientos como discotecas), en el ámbito público cuando las entidades gubernamentales son indiferentes a la gente humilde, a quienes no atienden oportunamente, haciéndola esperar indebida e injustificadamente, sin darle respuesta alguna a sus gestiones.

La “guerra cultural o batalla cultural”, según definición de Wikipedia (internet), “es el conflicto ideológico entre grupos sociales y la lucha por el dominio de sus valores, creencias y prácticas”. La tragedia de las Torres Gemelas del World Trade Center de Manhattan, derribadas por aviones piloteados por el terrorismo internacional, el fatídico 11 de setiembre de 2001; se calificó de lucha cultural entre Occidente y Al Qaeda grupo oriental extremista.

“Violencia de género es un tipo de violencia física, psicológica, sexual, institucional, simbólica y estructural, ejercida contra cualquier persona o grupo de personas sobre la base de su orientación sexual, identidad de género, sexo o género que impacta de manera negativa en su identidad y bienestar social, físico, psicológico o económico” (Wikipedia internet).

Ulterior al horror de la Segunda Guerra Mundial, han surgido, a nivel mundial y nacional, instituciones e instrumentos, propiciadoras de la libertad, la paz, el diálogo y el arreglo pacífico de las diferencias, fijando la posición de rechazo a la violencia como medio de solución de conflictos. Por ejemplo: la Organización de las Naciones Unidas (ONU); Declaración Universal de los Derechos Humanos; el Tribunal Internacional de Justicia (resolvió el diferendo marítimo de Perú con Chile); Acta de Brasilia (puso fin al conflicto Perú Ecuador); Defensor del Pueblo, acompaña a los administrados en sus peticiones a la Administración Pública; Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, protege a las personas frente al Estado.

Por una sociedad de convivencia de clases, etnias, culturas y géneros, por ende, erradicar la lucha de clases, y demás confrontaciones étnicas, culturales y de género.

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