TODO PASA Y TODO QUEDA EN LA VIDA (segunda parte)
Por: Juan Manuel Zevallos Rodríguez – Psiquiatra y Magister en Salud Mental del Niño Adolescente y Familia
Todos ustedes son importantes y maravillosos y para mí, hoy es un día muy especial, porque tengo optimismo y fe en cada acto que llevo a cabo y en cada acto y palabra que cada uno de ustedes llevan a cabo en virtud del don de haber nacido en una cuna de amor.
HOY CONOCI EN EL MUNDO GENTE MARAVILLOSA
He formado a lo largo de tantas caídas mi espíritu con frases de esfuerzo, compromiso e infinitos deseos de superación. He anhelado tantas veces llegar a sentir todo esto que siento hoy día que no pienso abandonar nunca más mis sueños ni mi alegría personal.
Converso tiernamente con mi reflejo en un espejo y disfruto de la vida. He olvidado que alguna vez tuve tristezas y que deambulé muchas noches por tormentas emocionales, perdido y sin rumbo. Ya no hay más regaños que deba de hacerme. Lo que diga el mundo no es importante; mi bien personal, equilibrio, disciplina y comprensión son lo único por lo cual debo esforzarme.
La esperanza ha venido a cobijarse en mi mente y corazón. A partir de este momento, la ignorancia y la incomprensión son páramos ausentes en mi mirada. He vencido mil y un desafíos, he caído tantas veces que ya no recuerdo el número y estoy aquí, acompañándolos. La gente me ha herido, ha hablado mal de mí, el mundo me ha querido seducir con la farsa y el engaño; y estoy aquí. No beberé nunca más del veneno social del éxito rápido y del placer inmediato. No vale la pena dejarse subyugar por dichas drogas. Ahora soy libre de soñar y de hacer realidad mis sueños y de compartir mis éxitos con cada uno de ustedes.
He recorrido el camino de las objeciones y de la crítica social, me he sentido muchas veces como un minusválido emocional y no me he rendido. Mi mente ha elaborado, en mi eterno dolor de sufriente, pensamientos de alianza con la vida y he borrado el concepto “duda” de mi diccionario de desarrollo personal.
Me he equivocado al tomar decisiones, me he llamado la atención por mis incontables imprudencias y, al final, he reconocido que mis errores eran parte del espectáculo maravilloso de mi vida y que sin ellos no sería el ser humano que soy. Gracias a Dios no soy perfecto y, por eso, puedo llorar y reír.
No quiero volver a equivocarme, no quiero volver a dañar a alguien, pero probablemente lo haré, pero no será importante. Lo fundamental en mi vida será darte dulces regalos, obrar con bondad, hablar con paz y construir mi existencia con todos los golpes que recibí.
Estoy feliz, radiante y feliz. Ni en mi infinita creatividad pude llegar a creer que un sentimiento de gozo personal pudiera ser tan intenso como aquello que siento ahora y sé que se llama “felicidad”.
Y ahora sé, que la familia plena, no se llama amor personal, se denomina autoconocimiento y propósito perpetuo de cambio. Cada día me conozco más y por ende me valoro significativamente y rio y lloro con esos descubrimientos.
Cada día, al amanecer, disfruto de mi ser, lo contemplo, y me propongo ser diferente, ser mejor; me propongo desarrollar a plenitud mis capacidades desarrolladas y acrecentar aquellas que aún se encuentran pobres en su desarrollo.
Hoy he hecho un gran descubrimiento: No tengo virtudes ni defectos… solo capacidades que se están desarrollando de modo disímil y constante. Soy la conjunción del amor mas grande y de la dedicación mas eterna. Me valoro y te quiero, me comprendo y te miro a los ojos y apoyo cada uno de tus proyectos.
La vida está llena de un sinfín de experiencias de alegría y de aprendizaje, únicas y maravillosas cada una de ellas. La vida no es un rosario de dolor ni de penas, es un jardín de gozos y deleites.
Muchos aún no hemos aprendido la mayor lección del artesano de la vida: volver a nacer cada nuevo día en esperanza, comprensión, libertad y afecto. La eternidad se vive en un solo minuto y la felicidad siempre será eterna si nos comprometemos con el milagro de nuestra vida.
Cada ser que nos rodea es un don, un regalo, un proceso para entender algo mas en nuestra existencia. SI aprendemos de los errores y falencias de los seres que nos rodean tendremos más desarrolladas nuestras capacidades y podremos tomar cada nuevo día mejores decisiones. Si valoramos las decisiones mas francas de aquellos que nos envuelven con sus mágicas lecciones entonces la vida nos sonreirá mas y seremos triunfadores.
Yo te invito cada nuevo día a prender, a extraer las maravillosas lecciones de cada momento que te toca vivir. Te invito a sustraer la savia de cada momento y volverla gozo y plenitud. Está en ti en hacer de tu vida un páramo o un jardín, está en ti en creer o perder la visión de lo más precioso. Cree y veras la vida con ojos d amor y gratitud.