La educación del futuro

Por Massimo Leone

¿Cómo se avizora el futuro, qué necesidades y desafíos aparecen en el horizonte en el campo de la comunicación y la formación académica y profesional? Hace unas semanas, impartí un seminario en París sobre un hermoso artículo de Lotman que trata sobre el impacto de las nuevas tecnologías en las sociedades y culturas. Lotman señala que hacer predicciones es muy difícil, casi imposible, ya que las predicciones suelen resultar incorrectas. Sin embargo, podemos identificar ciertas tendencias, como Lotman lo hace en su artículo.

Cuando se producen cambios tecnológicos disruptivos y explosivos, a menudo acompañados de nuevos miedos, surge una relación entre la tecnología en desarrollo y la aparición de esos temores. Es inevitable que las tecnologías se desarrollen y se extiendan en una geografía irregular que también contiene muchas desigualdades. Hoy en día, esas desigualdades están ocultas, pero son de gran importancia.

La inteligencia artificial que todos empezamos a utilizar se desarrolla en laboratorios que están alejados de la mirada y el escrutinio público. Solo nos fijamos en sus resultados. Veremos cada vez más actividades humanas siendo reemplazadas, y a menudo mejoradas, por entidades que ya no son máquinas ni animales, sino algo intermedio entre máquina, animal y ser humano.

La inteligencia artificial asumirá cada vez más tareas creativas. Como consecuencia, será necesario cambiar radicalmente la educación, la investigación y los estudios universitarios en su conjunto. Pronto, además de una universidad para seres humanos, se necesitará una universidad para algoritmos. Habrá una necesidad de educar a los algoritmos desde la escuela primaria, una pedagogía artificial. Debemos educar a estas nuevas inteligencias incorpóreas con un sentido común compartido. En este caso, creo que habrá más especialistas que se dediquen a la creación y adaptación de los nuevos algoritmos, por ejemplo, los de traducción, en lugar de enfocarse en la traducción misma, ya que las máquinas a menudo traducen mejor que los humanos.

Nos enfrentamos a un período de grandes desafíos. Cuando yo era estudiante, ni siquiera tenía una dirección de correo electrónico, pero ahora los estudiantes no solo tienen una dirección de correo electrónico, sino también acceso a superordenadores que pueden utilizar para sus propios experimentos. Seguramente surgirán grandes iniciativas creativas a partir de estas oportunidades. ¡Así que, seamos los eruditos de la comunicación del futuro!

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